Conde Lucanor:Ejemplo 22
Exemplo XXIIº - De lo que contesçió al león et al toro
editarFablava otra vez el conde Lucanor con Patronio, su consegero, et díxole assí:
-Patronio, yo he un amigo muy poderoso et muy onrado, et comoquier que fasta aquí nunca fallé en él sinon buenas obras, agora dízenme que me non ama tan derechamente como suele, et aun, que anda buscando maneras porque sea contra mí. Et yo estó agora en grandes dos cuidados: el uno es porque me he reçelo que si por aventura él contra mí quisiere seer, que me pueda venir grand daño; el otro es que me he reçelo que si él entiende que yo tomo del esta sospecha et que me vo guardando de’l, que él, otrosí, que fará esso mismo, et que assí irá cresçiendo la sospecha et el desamor poco a poco fasta que nos aviemos a desabenir. Et por la grant fiança que yo en vos he, ruégovos que me consejedes lo que bierdes que más me cumple de fazer en esto.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, para que desto vos podades guardar, plazerme ía mucho que sopiésedes lo que conteció al león et al toro.
El conde le rogó quel’ dixiesse cómo fuera aquello.
-Señor conde Lucanor -dixo Patronio-, el león et el toro eran mucho amigos, et porque ellos son animalias muy fuertes et muy reçias, apoderávanse et enseñorgavan todas las otras animalias: ca el león, con el ayuda del toro, apremiava todas las animalias que comen carne; et el toro, con el ayuda del león, apremiava todas las animalias que pacen la yerva. Et desque todas las animalias entendieron que el león et el toro les apremiavan por el ayuda que fazían el uno al otro, et vieron que por esto les vinía grand premia et grant daño, fablaron todos entre sí qué manera podrían catar para salir desta premia. Et entendieron que si fiziesen desabenir al león et al toro, que serían ellos fuera de la premia de que los traían apremiados el león et el toro. Et porque el raposo et el carnero eran más allegados a la privança del león et del toro que las otras animalias, rogáronles todas las animalias que trabajassen cuanto pudiessen para meter desabenimiento entre ellos. Et el raposo et el carnero dixeron que se trabajarían cuanto pudiesen por fazer esto que las animalias querían.
Et el raposo, que era consegero del león, dixo al osso, que es el más esforçado et más fuerte de todas las vestias que comen carne en pos el león, quel’ dixiesse que se reçelaba que el toro andava catando manera para le traer cuanto daño pudiesse, et que días avié que gelo avían dicho esto, et como quier que por aventura esto non era verdat, pero que parasse mientes en ello.
Et esso mismo dixo el carnero, que era consejero del toro, al cavallo, que es el más fuerte animal que a en esta tierra de las bestias que pacen yerva.
El osso et el cavallo cada uno dellos dixo esta razón al león et al toro. Et como quier que el león et el toro non creyeron esto del todo, aún tomaron alguna sospecha que aquellos que eran los más onrados del su linage et de su compaña, que gelo dizían por meter mal entrellos, pero con todo esso ya cayeron en alguna sospecha. Et cada uno dellos fablaron con el raposo et con el carnero, sus privados.
Et ellos dixiéronles que como quier que por aventura el osso et el cavallo les dizían esto por alguna maestría engañosa, que con todo esso, que era bien que fuessen parando mientes en los dichos et en las obras que faría dallí adelante el león et el toro, et segund que viessen, que assí podrían fazer.
Et ya con esto cayó mayor sospecha entre el león et el toro. Et desque las animalias entendieron que el león et el toro tomaron sospecha el uno del otro, començáronles a dar a entender más descubiertamente que cada uno dellos se reçelava del otro et que esto non podría ser sinon por las malas voluntades que tenían escondidas en los coraçones.
Et el raposo et el carnero, como falsos consejeros, catando su pro et olbidando la lealtad que avían de tener a sus señores, en logar de los desengañar, engañáronlos; et tanto fizieron, fasta que el amor que solía seer entre el león et el toro tornó en muy grand desamor; et desque las animalias esto vieron, començaron a esforçar a aquellos sus mayorales fasta que les fizieron començar la contienda, et dando a entender cada uno dellos a su mayoral quel’ guardava, et guardávanse los unos et los otros, et fazían tornar todo el daño sobre el león et sobre el toro.
Et a la fin, el pleito vino a esto: que como quier que el león fizo más daño et más mal al toro et abaxó mucho el su poder et la su onra, pero sienpre el león fincó tan desapoderado dallí adelante que nunca pudo enseñorar las otras vestias nin apoderarse dellas como solía, también de las del su linage como de las otras. Et assí, porque el león et el toro non entendieron que por el amor et el ayuda que el uno tomava del otro, eran ellos onrados et apoderados de todas las otras animalias, et non guardaron el amor aprovechoso que avían entre sí, et non se sopieron guardar de los malos consejos que les dieron para sallir de su premia et apremiar a ellos, fincaron el león et el toro tan mal de aquel pleito, que assí como ellos eran ante apoderados de todos, así fueron después todos apoderados dellos.
Et vós, señor conde Lucanor, guardatvos que estos que en esta sospecha vos ponen contra aquel vuestro amigo, que vos lo non fagan por traer a aquello que troxieron las animalias al león et al toro. Et por ende, conséjovos yo que si aquel vuestro amigo es omne leal et fallastes en él sienpre buenas obras et leales et fiades en él como omne deve fiar del buen fijo o del buen hermano, que non creades cosa que vos digan contra él. Ante, vos consejo quel’ digades lo que vos dixieren de’l, et él luego vos dirá otrosí lo que dixieren a él de vós. Et fazed tan grant escarmiento en los que esta falsedat cuidaren ordir, porque nunca otros se atrevan a lo començar otra vegada. Pero si el amigo non fuere desta manera que es dicha, et fuere de los amigos que se aman por el tiempo, o por la ventura, o por el mester, a tal amigo como éste, sienpre guardat que nunca digades nin fagades cosa porque él pueda entender que de vos se mueva mala sospecha nin mala obra contra él, et dat passada a algunos de sus yerros; ca por ninguna manera non puede seer que tan grant daño vos venga a desora de que ante non veades alguna señal çierta, como sería el daño que vos vernía si vos desabiniésedes por tal engaño et maestría como desuso es dicho; pero al tal amigo sienpre le dat a entender en buena manera que, assí como cumple a vos la su ayuda, que assí cumple a él la vuestra; et lo uno faziéndol’ buenas obras et mostrándol’ buen talante et non tomando sospecha de’l sin razón, nin creyendo dicho de malos omnes et dando alguna passada a sus yerros; et lo ál, monstrándol’ que assí como cumple a vos la su ayuda, que assí cumple a él la vuestra. Por estas maneras durará el amor entre vós, et seredes guardados de non caer en el yerro que cayeron el león et el toro.
Al conde plogo mucho deste consejo que Patronio le dio, et fízolo assí, et fallóse ende bien.
Et entendiendo don Johan que este exiemplo era muy bueno, fízolo escrivir en este libro et fizo estos viessos que dizen assí:
Por falso dicho de omne mintroso
non pierdas amigo aprovechoso.
Et la istoria deste exienplo es ésta que se sigue: