Comunicación de dimisión de Manuel Azaña, Presidente de la II República Española


Comunicación dirigida al presidente de las Cortes de la República
de Manuel Azaña Collonges-sous-Salève (Francia) , 27 de febrero de 1939

Excelentísimo señor:

Desde que el General Jede del Estado Mayor Central me hizo saber que la guerra estaba perdida para la República, sin remedio alguno, y antes de que a consecuencia de la derrota el Gobierno aconsejara y organizara mi salida de España, he cumplido con el deber de recomendar y de proponer al Gobierno, en la persona de su jefe, el inmediato ajuste de una paz en condiciones humanitarias, para ahorrar a los defensores del régimen y al país entero nuevos y estériles sacrificios [...].

El reconocimiento de un Gobierno legal en Burgos por parte de las potencias, singularmente Francia e Inglaterra, me priva de la representación jurídica internacional para hacer oír de los Gobiernos extranjeros, con la autoridad oficial de mi cargo, lo que no es solamente dictado mi conciencia de español, sino el anhelo profundo de la inmensa mayoría de nuestro pueblo. Desaparecido el apartado político del Estado, Parlamento, representaciones superiores de los partidos, etc., carezco, dentro y fuera de España, de los órganos de Consejo y de acción indispensables para la función presidencial de encauzar la actividad de gobierno en la forma que las circunstancias exigen con imperio. En condiciones tales, me es imposible conservar ni siguiera nominalmente mi cargo al que no renuncié el mismo día que salí de España porque esperaba ver aprovechado este lapso de tiempo en bien de la paz.

Pongo, pues, en manos de V.E., como presidente de las Cortes, mi dimisión de presidente de la República, a fin de que se digne darle la tramitación que sea procedente.

(Publicada en el libro "Análisis y comentarios de textos históricos. II. Edad moderna y contemporánea", de Mª Victoria López-Cordón y José U. Martínez Carreras. Alhambra, 1978, p. 350)