Comentarios - Exceso de represión


Sábado 10 de agosto de 1918, EL DIA

Editorial

Comentarios - Exceso de represión


No seremos nosotros los que cohonestemos atentados contra las empresas tranviarias, de parte de los huelguistas, ni legitimemos violencia contraproducentes y censurables. – Si el derecho de huelga es respetable, no lo es menos la libertad de trabajo. –Por otra parte, el público que utiliza los pocos trenes en circulación no debe pagar los vidrios rotos. –Pero de ahí a justificar la violencia y el exceso de represión por parte de las autoridades encargadas de hacer respetar intereses agredidos o desconocidos, hay una apreciable distancia. La autoridad sea policial o militar, tiene muchos medios de hacerse respetar sin necesidad de matar, sobre todo cuando el agresor no tiene la intención de matar, por su parte. –La policía tiene machete o sable para dispersar a los que promueven tumultos o desobedecen desordenes o atentan sin armas contra personas o cosas. –El soldado de línea puede hacer uso de la culata de su fusil en los mismos casos. –Hasta puede disparar al aire para amedrentar y obtener el fin social que le incumbe, sin inútil derramamiento de sangre. –Solo se explica y se impone la represión a tiros, como el agresor adopta actitudes violentas con las armas en la mano. –El agente de la autoridad tiene el derecho de defenderse y de reprimir en total circunstancia, con eficacia y sin contemplaciones. -¿Eran estas las circunstancias cuando el soldados Mendieta mató de un tiro, antes de ayer, después de apuntar fríamente al mecánico Ferrara, e hirió a otra persona y a un niño de 7 años? –No; evidentemente no! –Todas las versiones coinciden en reconocer que el mecánico muerto daba la espalda al soldado cuando éste apuntó y descerrajó el tiro que iba dirigido, según se asegura, a otro. -¿Cómo se puede, en presencia de ese hecho, justificar, como apto de defensa propia o de represión necesaria, el proceder de dicho soldado? –Casi a boca de jarro y por la espalda fue muerto Ferrara. –Quiere decir que aún suponiendo que este hubiese sido coautor, dentro del grupo atacante, de la acometida a los trenes, en el momento en que se le mató, huía: la acción de la autoridad debió concretarse aprehenderlos y, solo en caso de resistencia, emplear otros medios. Aunque nunca n disparo de fusil, si aquel no hacía armas por su parte. –Y es evidente que no es necesario el disparo del arma, aún para castigar, pues la victima estaba apenas a una distancia de un metro del matador cuando fue herído mortalmente. –Con la culata de su fusil, el soldado pudo reprimirlo y hasta inmovilizarlo, sin necesidad de matarlo!. -¿Y cómo se explica el segundo tiro que hirió a un niño? -¿Acaso el niño era también un agresor? -¿Cómo se explica este otro hecho sino por exceso de represión? -¿A qué ese ensañamiento, cuando todo el mundo disparaba? Por lo demás: está probado que nadie hizo uso de armas, ni para atacar a los trenes ni para defenderse de la represión violenta. –Una carga ha culatazos o a sablazos para dispersar a los agresores, pudo explicarse y justificarse. –Arremeter a tiros contra grupos que tiraron unas piedras, pero no insistieron en la agresión, al darse cuenta de la presencia de los soldados de línea, nos parece exagerado. –Pero todavía fue la conducta de otros agentes de la guardia a caballo que dispararon sus revólveres sin ton ni son, hasta dentro de locales cerrados donde, aún en el caso de a dar delincuentes, ya estaban dominados por el hecho de encerrarse! En cuanto al nuevo incidente de ayer, no resulta todavía muy claro lo sucedido. –Si hubo atropello a mano armada por parte de algunos huelguistas, se justifica la enérgica represión del primer momento, aunque es unánime la opinión de que algunos elementos policiales tuvieron que intervenir para contener excesos de algunos agentes verdaderamente enfurecidos. –Que las versiones generales de éste incidente, afluye una interesante consecuencia: que la policía, si ejerce una acción moderadora, en vez de apelar a medidas de extrema violencia, logra evitar graves conflictos. –Así un subcomisario correcto y tranquilo, fue ayer un factor de apaciguamiento en medio del tumulto, logrando con su actitud conciliadora atenuar los resultados del choque y a obtener de los mismos obreros exaltados el reconocimiento de su plausible conducta. Es necesario, pues, estos lamentables sucesos sirvan de aleccionamiento y determinen instrucciones precisas sobre la misión de los agentes que custodian los tranvías o aseguran el orden público. –La vida de los demás no puede estar a merced de la irascibilidades homicidas de esos agentes. –Que se defiendan y repriman todo atropello; muy bien. –Pero que adapten sus actitudes a las circunstancias y que no se crean con derecho a matar, cuando solo deben prevenir. –El fusil, sobre todo, debe usarse en casos de excepcional gravedad, porque el alcance de sus proyectiles llega hasta mil metros y puede ocasionar victimas inocentes a larga distancia de los sucesos. –Más moderación y más previsión, es lo que se requiere.