Cierto escogí bien peligrosa vía
Cierto escogí bien peligrosa vía cuando primero en vos los ojos puse, pues a pasar tal vida me dispuse cual vos, señora, veis que ahora es la mía. Para más no vivir viví aquel día y, porque el veros todo bien pospuse, ni sé a quién acusar ni a quién excuse, ni hallo parte en mí del que solía. Mas tomar tanto gusto en muerte ajena, contra tanta humildad tal aspereza, y obras a muerte tan enderezadas, sin dar jamás alivio a tanta pena, ved vuestras manos, que de tal fiereza por fuerza se han de ver ensangrentadas.