Chipito
Voy a contarles un cuento que a mi hermano
Oí cuando pequeña
Leer en un librito que él había
Traído de la escuela
Escucha complaciente, Viejo mío,
Porque quiero que tú sepas
Lo que en mi triste vida me ha servido
Como lección eterna
Una alegre docena de pollitos
Salió por vez primera
Del paterno corral, con rumbo a un campo
Que estaba de allí cerca
Gozosos recordaban los pequeños
que en corral oyeran
Decir que el campo era muy hermoso
y en él mil cosas nuevas
Pensaban encontrar, y así charlando,
Con alegría inmensa
Seguían a su madre que es sabido,
Marchaba la primera
A poco que anduvieron, los pequeños
Notaron con sorpresa
que en el camino había un albañal,
en cuya orilla opuesta
Estaba ya su madre, quien decíales,
Que cosa fácil era
saltar de la zanjita al otro lado
porque era muy pequeña
Pero ellos, ni siquiera se movieron
temblando cual si fuera
el albañal un río caudaloso
Y en vano su elocuencia
Gasto la buena madre, ni uno solo,
Trató de complacerla,
Y solo murmuraban: - ¡no podemos!
Si no tenemos fuerza...
¡Pero intentad siquiera obedecerme!
De nuevo insistió ella
¡Haced lo que yo hago! ¡Abrid las alas!
¡a ver, haced la prueba!
Chipito, el más pequeño, dando a todos
ejemplo de obediencia
Yo quiero obedecerte, madre, dijo
Mas... no me ayudan a alcanzar la otra orilla...
Desalentada ella
Reunióse a los pequeños y emprendieron
hacia el corral la vuelta
De pan un pedacito, la gallina
hallo junto a la puerta
Y, claro esta, los chicos esperaban
su parte en la merienda
-Esto es para Chipito,- gritó entonces
La madre muy severa,
Y al ver que los pequeños la miraban
con gesto de protesta,
Les dijo: - Si Chipito no ha podido
salvar la zanja aquella,
Abrió, por darme el gusto sus alitas,
Yo Premio su obediencia