Cesta de lotos/Adivina
Adivina
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Hay entre las tinieblas de mi vida
dos astros luminosos,
que al ver rodar la sangre de mi herida
se ponen taciturnos y llorosos.
Y hay una roja flor en mi camino
que abre sus vivas hojas,
y la sonríe el vate peregrino
que pasa con su fardo de congojas.
Dices que no conoces de esos astros
ni siquiera el reflejo?
Qu´ en mi senda, de aquella flor no hay rastros?
Pues nunca te has mirado en el espejo.