Cartas del famoso conquistador Hernán Cortés/Prólogo

Nota: Se respeta la ortografía original de la época
HERNAN CORTÉS


Nos proponemos publicar al principio de cada obra de las que formen la Biblioteca histórica de la Iberia, algunas noticias sobre la vida de sus autores; pero este propósito no debe tener lugar en la presente, porque seria una redundancia reseñar aquí la vida de Hernan Cortés, cuando no tratan de otra cosa las obras cuya publicacion emprendemos. Dirémos, sin embargo, en cuatro palabras, que Hernan Cortés nació el año de 1485 en Medellin, provincia de Extremadura; que conquistó á México en 1521; que murió en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla, el 2 de Diciembre de 1547; que su cuerpo descansó por muchos años en la iglesia del Hospital de Jesus de esta ciudad, fundado por él; y que, trasladado despues á Italia, donde viven sus descendientes, el grande hombre no tiene ya un sepulcro, ni en España que fué su patria, ni en México que fué el teatro de su gloría.

Hernán Cortés escribió muchas cartas durante la conquista después de ella. Las cinco que forman este tomo, se llaman Cartas de Relación. La primera, sin embargo, no es suya, sino del primer Ayuntamiento de Veracruz, porque la del conquistador, enviada al mismo tiempo que ésta, se perdió, y no se ha podido encontrar todavía.

Estas cartas son las primera fuente histórica de México para la época en que este país se llamó Nueva-España.

He aquí lo que dice sobre ellas un escritor contemporáneo:

La correspondencia de Cortes es numerosa, porque tuvo siempre sumo cuidado de dar cuenta al emperador de todo lo que hizo y proyectó en aquellas regiones apartadas; pero entre todas sus cartas, se distinguen, ya por su extension, ya por la importancia de los acontecimientos que refieren, las cinco, relaciones así llamadas, en que circunstanciadamente cuenta la conquista del imperio mexicano y la expedición de las Higueras.

"La suerte de estos interesantes documentos ha sido muy vária: el primero en orden cronológico, se creyó perdido, y hasta él diligente colector don Andrés González de Barcia desesperó de dar con él, creyendo había sido, el recogido por el Consejo de Indias á instancias, de Panfilo de Narvaez ó que se había extraviado por ser el que Juan Flores quitó. á Alonso de Avila Robertson, con aquella penetración y perspicacia que demostró en las indagaciones históricas fue el primero que indicó la especie de que esta carta se bailaría quizá en Alemania, donde se bailaba donde se hallaba el emperador cuando se recibió: para salir de dudas comunicó, su pensamiento á mister Murray Keith, ministro inglés en Viena, y acercándose éste al gabinete austríaco, obtuvo la autorización competente para copiar la carta si acaso se encontraba en la Biblioteca Imperial. La carta que se deseaba no se halló ni original ni en copia; pero sí un traslado auténtico, legalizado por escribano público, de la dirigida al emperador por el Ayuntamiento de la Veracruz, ciudad recién fundada por Cortes, y escrita á 10 de Julio de 1519. Pareció al mismo tiempo la carta quinta, ó sea la de la expedicion á las Higueras, sin fecha alguna, pero que en el códice existente en la Biblioteca Nacional tiene la de Temixtitan á 3 de Setiembre de 1526. Robertson extractó al fin de su obra la primera que hemos citado, que se imprimió íntegra por primera vez en la Coleccion de documentos inéditos para la historia de España, de los señores Navarrete, Salvá y Baranda; tomo I, páginas 421-461.

"La segunda Carta-Relacion se escribió en Segura de la Frontera á 30 de Octubre de 1520: publicóla en Sevilla Juan Cromberger, á 8 de Noviembre de 1522, en folio gótico; y después la reimprimieron Barcia, en el tomo primero de su Coleccion, el año de 1749, y el arzobispo Lorenzana en México, en 1770.

"La tercera, escrita en Cuyoacan á 15 de Mayo de 1522, se imprimó también en Sevilla por el mismo Cromberger á 30 de Marzo de 1523, en folio, y se reprodujo igualmente en las colecciones de Barcia y Lorenzana,

"La cuarta, que escribió Cortes en la ciudad de Temixtitan á 15 de Octubre de 1524, se imprimió el año de 1525, segun Panser, citado por Brunet, en Toledo por Gaspar de Avila, tambien en folio, y pasó del mismo modo á ocupar un lugar en las colecciones mencionadas. Parece excusado añadir que estas impresiones primitivas son sumamente raras, y Barcia dice que para repetirlas en su obra las consiguió, despues de muchas diligencias, del consejero de órdenes don Miguel Núñez de Rojas, que las tenia en su librería. Tambien se hallan hoy en la de la Academia de la Historia segun se nos ha asegurado.

"Por último, la quinta, que se halló en el códice CXX de la Biblioteca Imperial de Viena cuando se buscaba la que deseaba Robertson, no tiene fecha; pero en un códice del siglo XVI, existente en la Biblioteca Nacional, finaliza del modo siguiente: "De la ciudad de Temixtitan desta Nueva-España, á 3 del mes de Septiembre, año del nascimiento de nuestro Señor ó Salvador Jesucristo de 1526." Ignoramos si el códice referido es la copia que cita Muñoz, hecha por Alonso Diaz, de la original de Hernán Cortes. Nostros nos hemos valido de él para la publicacion presenté, en que sale por primera vez á la, lioz pública esta carta.

"En la introduccion que antecede hemos explicado el efecto que en la Europa civilizada produjo el descubrimiento del Nuevo-Mondo, y la ansiedad con que se buscaban cuantas noticias y documentos se publicaban relativos á los sucesos que ocurrían en aquellos países apartados de la comunicacion europea; y esto mismo explica bien la rapidez con que se tradujeron á las principales lenguas vivas, y aun al latin, que era el idioma vulgar de las personas instruidas de aquella época.

"En efecto, en 1522 imprimió Cromberger la segunda Carta en Sevilla, y, en 1524. la tradujo al latín el doctor Pedro Savorgnani, y la dio á luz en Nuvemberg, dedicando su traduccion al papa Clemente VII. Con ella tradujo también e imprimió la tercera Carta. El doctor Savorgnani era natural de Forli, y á la sazón secretario del ilustrísimo señor don Juan de Rivelles, obispo de Viena, en el Delfinado: estas traducciones se reimprimieron dos veces: la una en el tratado intitulado De Insulis nuper inventis, etc., Colonia, 1532; y la otra en el Nocus Orbis, de Simon Grineo, Basilea, 1555.

"Un anónimo aleman las puso, segun asegura don Nicolás Antonio, en su idioma, si bien no dice cuáles, cuántas, ni en que punto se imprimieron.

"Aprovecirándose Nicolás Liburmo de la versión latina de Savorgnani, las tradujo "al italiano, y las publicó en Venecia el mismo año de 1524; traduccion que insertó Juan Bautista Ramusio en el tomo III de su Coleccion de Viajes, añadiendo haber practicado, aunque sin fruto, las más exquisitas diligencias para conseguir la primera carta. Y M. Juan Rebelles hizo otra traducción á la misma lengua, impresa tambien en 1524.

"En 1588 imprimió en Paris Guillermo Le-Breton su libro Voyages et conquétes du capitaine Ferdinand Courtois, que no es traduccion literal de las Relaciones de nuestro héroe, sino un extracto de los sucesos de aquella conquista segun los refirieron Oviedo y Gomara; y finalmente el vizconde de Flavigni, caballero frauces aficionado á nuestras cosas, de quien hace mencion don José Nicolás de Azara en una de las cartas que sirven de prólogo á la segunda edicion de la Introduccion á la historia natural y geografía física de España, de don Guillermo Bowles, publicó en Paris, sin año de impresion, pero hácia 1778, segun la fecha de la licencia, su Correspondace de Fernand Cortés avec l'emperateur Charles Quint sur la conquéte de Mexique, que es un tomo de 588 páginas, dedicado á la marquesa de Polignae, y contiene la traduccion de las tres relaciones de Cortes publicadas en México por el señor Lorenzana el año dde 1770. El traductor frances desconoció, segun se explica, así la edicion primitiva de las Cartas, como la reimpresion de Barcia; alteró el órden establecido por el señor Lorenzana, llamándolas primera, segunda y tercera, en vez de segunda, tercer y cuarta; concediendo, sin embargo, la existencia de una primera, escrita en Veracruz en 1519, que supone escasa de interes, atendiendo al contenido de las restantes; é hizo un grandísimo elogío de Hernan Cortes, ponderando las eminentes dotes que le adornaban, y comparándole con Julio César en el hecho de haber sido el cronista de sus propias hazañas con la misma sencillez, claridad y modestia que el ilustre romano. Esta traduccion de monsieur de Flavigni se reimprimió en Suiza en 1779.

"Al terminar estos apuntes literarios y bibliográficos, cúmplenos decir algunas breves palabras acerca de estas Cartas-Relaciones. Cuando se compara su estilo con el de los historiadores que sucesivamente han referido los mismos acontecimientos, se echa de ver al momento la superioridad inmensa del hombre que la escribia, Gomara, en medio de su candor y naturalidad, descubre la pretension de adular y enaltecer al hombre á quien servia; Bernal Díaz del Castillo, con el tono rudo, pero veraz, de un soldado, procura rebajar hasta cierto punto los méritos del capitan, para compartir con él la gloria de los hechos; y arrastrado por una vanidad que tiene algo de pueril, se entretiene con el fin de su obra en enumerar uno por uno los comabtes, batallas y encuentros en que se habia hallado durante una vida agitada y llena de aventuras; Solís, por último, adoptando un lenguaje armonioso, acompasado y elegante, se propone en su obra hacer un panegírico mas bien que una historia.

Superior Cortes á todos ellos, cuenta los hechos sin orgullo ni pretension; refiere con la misma igualdad de espíritu las satisfacciones que los peligros; explica los medios y resortes á que recurrió su poderoso genio para dar cima á empresas, tan gigantescas; dá cuenta de sus pensamientos, sus proyectos y sus providencias para estudiar y conocer aquel inmenso territorio, á fin de acrecer más y más con estos datos el poder y riquezas de su patria; y todo lo hace en un lenguaje fluido, natural, corriente, sin que ni por un momento se descubra el menor asomo de pasion, envidia, ni ninguna de aquellas miserias y pequeñeces que afligen siempre á las almas vulgares: ¡tan alto y modesto se manifiesta con la pluma como con la mente y con la espada! ¡tan cierto es que el habla suelo ser compañera inseparable del ánimo, y que la verdadera grandeza anda siempre junta con la sencillez y la lisura"

Redaccion de la Iberia.