Carta del cardenal Gomá al Generalísimo Franco sobre la victoria; respuesta de Francisco Franco

CARTA AL GENERALÍSIMO SOBRE LA VICTORIA

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Pamplona, 3 de abril de 1939

EXCMO. SR GENERAL DON FRANCISCO FRANCO BAHAMONDE, JEFE DEL ESTADO ESPAÑOL.

Madrid.

Excelentísimo Señor y distinguido amigo:

Reitero mi telegrama de fecha 24 de marzo con motivo de la victoria final sobre los enemigos de España.

La guerra ha terminado. Esta frase de su último Parte Oficial sobre la guerra cierra un periodo de nuestra historia en que las horas trágicas y las grandes desgracias se han entrelazado con las abnegaciones sublimes y los hechos dignos de una epopeya. Pudimos hundirnos para siempre, y Dios, que ha hallado en Vuecencia digno de instrumento de sus planes providenciales sobre la Patria querida, nos ha concedido ver esta hora de triunfo. Que Dios y la Patria paguen al glorioso Ejército español, y especialmente a Vuecencia que tan espléndidamente lo ha llevado a la victoria, el colosal esfuerzo que han debido realizar para dar cima a la gigantesca empresa. Y se lo paguen con lo que más estiman las almas nobles: con la fecundidad del sacrificio para bien de la Religión y de la Patria; el amor del pueblo, que es la mejor corona de un gobernante; y años largos de vida para seguir trabajando en la paz como lo han hecho en la guerra.

Sabe, Excelencia, con qué interés me uní desde el comienzo a sus afanes; cómo colaboré con mis pobres fuerzas y dentro de mis atribuciones de Prelado de la Iglesia a la gran empresa; no le han faltado nunca mis oraciones y las de mis sacerdotes. Me siento por ello con derecho especial a participar de su gozo en estos momentos de triunfo definitivo. Sean estas líneas las que se lo transmitan, con la santa libertad que me han consentido sus múltiples bondades para conmigo.

Con mis sentimientos de siempre sírvase recibir, junto con mi bendición para Vuecencia y los suyos, mis votos fervientes de que el buen Dios, que tan visiblemente le ha conducido desde el comienzo de la guerra, le inspire y le guíe para levantar, en los días de paz, la obra de la España cristiana, próspera y gloriosa que todos anhelamos.

Con tan fausto motivo me honro en reiterarme suyo afectísimo servidor y amigo.

+ ISIDRO, CARD. GOMÁ Y TOMÁS,

Arzobispo de Toledo.



RESPUESTA DEL GENERALÍSIMO

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EL JEFE DEL ESTADO, GENERALÍSIMO DE LOS EJÉRCITOS NACIONALES.

EMMO. SR. DON ISIDRO GOMÁ, CARDENAL ARZOBISPO DE TOLEDO

Pamplona.

Eminentísimo señor: La corroboración de Vuestras felicitaciones con motivo de la victoria lograda sobre los enemigos de Dios y de España, tiene una justa y acabada expresión en el comentario que formuláis al último Parte de Guerra, pero es mi deseo destacar junto al sincero recuerdo tributado a las abnegaciones sublimes y los hechos de epopeya, el callado martirio que sufrieron los representantes de nuestra fe, que sin una sola abjuración y gozosos de recibir la palma de los elegidos, acompañaron desde el comienzo al final de nuestra campaña a esa legión de creyentes como si desearan prolongar sus deberes pastorales hasta el camino del cielo.

Y porque nuestra lucha tuvo caracteres de Cruzada en la que cayeron, jalonando etapas, Prelados eminentes que hubieran suscrito la Colectiva Carta de nuestro Episcopado con la misma fe y entereza con que supieron morir, acaso porque así daban la corroboración más vigorosa a vuestras sapientísimas palabras, es por lo que quiero subrayar esa asistencia espiritual que, producida en instantes de máxima incomprensión, daba al mundo noticia de nuestras reservas espirituales y del verdadero sentimiento del Movimiento Nacional.

No se os oculta, Eminentísimo señor, cuál es la situación de la zona acabada de liberar. A vuestros oídos habrán llegado los síntomas del materialismo corruptor que en forma residual se manifiestan, como producto de la ausencia de la sana doctrina del Maestro.

Son mis fervientes deseos que aquellas colaboraciones que dejasteis ofrecidas en momentos de lucha, cobren ahora vida en el necesitado cuerpo social al que debemos reintegrar una fórmula justa, patriótica y cristiana, cual cumple a tantos afanes y desvelos y como merece el dolor de los que sufren.

Estoy seguro de que no me habrán de faltar con vuestras bendiciones y continuación el concurso decidido de quienes comprenden la ingente y trascendental labor que ahora comienza.

Os agradezco el testimonio de los mejores votos a los que correspondo en iguales términos, besando vuestro pastoral anillo.

FRANCISCO FRANCO

Burgos, 11 de abril de 1939. – (Año de la Victoria).

Fuente

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  • "Por Dios y por España". Pastorales,instrucciones,discursos, etc. 1936-1939, del Excmo sr. D. Isidro Gomá y Tomás, cardenal-arzobispo de Toledo. Barcelona, 1940