Carta de Vasco Núñez de Balboa al Rey de España (20 de enero de 1513)


Cristianísimo y muy poderoso Señor:

(...)

Principalmente he procurado, por doquiera que he andado que los indios de esta tierra sean muy bien tratados no consintiendo hacerles mal ninguno, tratándoles mucha verdad, dándoles muchas cosas de las de Castilla por atraerlos a nuestra amistad. Ha sido causa tratándoles verdad que he sabido de ellos muy grandes secretos y cosas donde se puede haber muy grandes riquezas en mucha cantidad de oro de donde Vuestra muy Real Alteza será muy servido. (...)

Yo he procurado de nunca hasta hoy haber dejado andar la gente fuera de aquí sin yo ir delante, ora fuese de noche o de día, andando por ríos y ciénagas de esta tierra no crea Vuestra real Alteza que es tan liviano que nos andamos ahogado, porque muchas veces no acaece ir una legua y dos y tres por ciénagas y agua desnudos y la ropa cogida puesta en la tablachina encima de la cabeza, y salidos de unas ciénagas entramos en otras y andar de esta manera dos y tres y diez días y si la persona que tiene cargo de gobernar esta tierra se descuida con algunas personas y se queda en casa, ninguno lo puede hacer tan bien de los que en su lugar envían con la gente que no haga muchos yerros, por donde da causa a perderse él o todos los que van con él, porque no se les da mucho por lo que cumple a todos y lo que más procuran de hacer es de darse al vicio y excusarse lo más que puedan del trabajo. Yo, Señor he procurado de continuo de hacer que todo lo que sea habido hasta de lo hacer muy bien repartir, así el oro como guanín y perlas, sacado de los que pertenece a Vuestra muy Real Alteza, como todas las otras cosas, así de ropa como de cosas de comer que el oro, porque teníamos más oro que salud, que muchas veces fue en muchas partes que holgaba más de hallar una cesta de maíz que otro de oro, de tanto certifico a Vuestra muy Real Alteza, porque a la continua nos ha faltado más la comida que el oro, de tanto certifico a Vuestra muy Real Alteza que si yo no hubiera procurado de andar con mi persona delante de todos a buscar los mantenimientos para los que iban conmigo y para los que en esta Villa quedaban, que fuera maravilla quedar ni estar en esta Villa, ninguno ni en esta tierra, si Nuestro Señor milagrosamente, no quisiera obrar de misericordia con nosotros, la maña que he tenido en el repartimiento del oro que se ha tomado ha sido, que se ha dado a los que lo han ido a tomar dando a cada uno según su persona, quedando todos satisfechos y contentos, de las cosas de comer todas alcanzan parte aunque no vayan a entrar.

Quiero dar cuenta a Vuestra Muy Real Alteza de las cosas y grandes secretos de maravillosas riquezas que en esta tierra hay, de que Nuestro Señor a Vuestra Muy Real Alteza ha hecho Señor, y a mí me ha querido hacer sabedor y me las ha dejado descubrir primero que a otro ninguno y más por lo cual yo le doy muchas gracias y loores todos los días del mundo y me tengo por el más bienaventurado hombre que nació en el mundo, y pues así Nuestro Señor ha sido servido que por mi mano primero que de otro, se hayan hecho tan grandes principios, suplico a Vuestra muy Real Alteza sea servido que yo llegue al cabo de tan gran jornada como esta (...) debe mandar proveer que para el presente vengan hasta quinientos hombres o más de la isla Española, para que con ellos y con los que acá están conmigo, aunque no son más de ciento para guerra pueda proveer adonde sea menester y entrar la tierra adentro y pasar la otra mar de la parte de medio día (...).

Muy poderoso Señor, lo que yo con buena industria y mucho trabajo con la buena ventura he descubierto es esto. En esta provincia del Darién hay descubiertas muchas y muy ricas minas, hay oro en mucha cantidad, están descubiertos veinte ríos y treinta que tienen oro salen de una sierra que esta hasta dos leguas de esta Villa, va su vía hacia la parte de medio día, los ríos que llevan el oro van hasta dos leguas de esta Villa, hacia el medio día; esta sierra vuelve por la costa abajo hacia el poniente; desde esta Villa para el poniente por esta sierra no se ha visto río de oro ninguno, creo que los hay; yendo este río grande de San Juan arriba hasta treinta leguas sobre la mano derecha está una provincia que se dice de Abanumaqué que tiene muy grande disposición de oro, tengo nueva muy cierta que hay en ella ríos de oro muy ricos, lo sé de un hijo del cacique de aquella provincia que tengo aquí, y de otros indios e indias que aquí están de aquella tierra que yo he tomado, yendo este río grande arriba treinta leguas sobre la mano izquierda entra un río muy hermoso y grande, yendo dos días por él arriba estaba un cacique que se dice Davaive: es muy gran señor y de muy gran tierra y muy poblada de gente, tiene oro en mucha cantidad en su casa, y tanto que para quien no sabe las cosas de esta tierra, será bien dudoso de creer: esto sé de nueva cierta; de casa de este cacique Davaive viene todo el oro que sale por este golfo, y todo lo que tienen estos caciques de estas comarcas, es fama que tienen muchas piezas de oro de extraña manera, y muy grandes: me dicen muchos indios que lo han visto, que tiene este cacique Davaive ciertas cestas de oro, que cada una de ellas tiene un hombre que llevar a cuestas: este cacique coge este oro porque está apartado de la sierra, e la manera como lo ha es, que dos jornadas de allí hay una tierra muy hermosa en que hay una gente que es muy caribe y mala, comen hombres cuantos pueden haber: esta es gente que está sin señor, y no tiene a quien obedecer; es gente de guerra: cada uno vive sobre sí, son señores de las minas; son estas minas, según yo tengo la nueva, las más ricas del mundo: estas minas son en una tierra que hay una sierra la más alta del mundo al parecer, y creo que nunca se ha visto otra de tan gran altura; nace de hacia la parte de Urabá de este golfo, algo la tierra adentro, que podía ser de la mar veinte leguas, va su vía de esta sierra metiéndose a la parte de mediodía: es tierra llana do comienza, desde el nacimiento de ella va creciendo en mucha cantidad, es tan alta que se cubre con las nubes: dos años ha que estamos de que nunca se ha visto lo alto de ella sino dos veces, porque a la contina está cubierta con los cielos, desque llega en la más altura torna a decaer, hasta allí va montosa de gran arboleda, y desde allí van cayendo unas cordilleras de sierras sin monte ninguno, va a fenecer en la más hermosa tierra del mundo y más llana junto con este cacique Davaive: las minas muy ricas están en esta punta de esta tierra volviendo hacia la parte del nacimiento del sol, el sol las da en naciendo: hay dos jornadas desde este cacique Davaive hasta estas ricas minas. La manera como se coge es sin ningún trabajo, de dos maneras, la una es que esperan que crezcan los ríos de las quebradas, y desque pasan las crecientes quedan secos, y queda el oro descubierto de lo que roba de las barrancas y trae de la sierra en muy gordos granos: señalan los indios que son del tamaño de naranjas y como el puño, y piezas según señalan a manera de planchas llanas. Otra manera de coger oro hay, que esperan que se seque la yerba en las sierras y las ponen fuego, y después de quemado van a buscar por lo alto y por las partes más dispersas, y cogen el oro en mucha cantidad y en muy hermosos granos: estos indios que cogen este oro lo traen en granos como lo cogen por fundir, y lo rescatan con este cacique Davaive; les da en precio por rescate indios mancebos y muchachos para comer, e indias para que sirvan a sus mujeres; no las comen; les da puercos, en esta tierra muchos; les da mucho pescado y ropa de algodón y sal, les da piezas de oro labradas como ellos las quieren: con solo con este cacique Davaive tienen este rescate aquellos indios, porque por otra parte no hay lugar. Este cacique Davaive tiene gran fundición de oro en su casa; tiene cien hombres a la contina que labran oro: esto sé todo por nueva cierta, porque nunca otra cosa procuro por do quiera ando; he procurado saberlo de muchos caciques e indios, e así de sus vecinos de este cacique Davaive como de los de otras partes hallo ser verdad todo, porque lo he sabido en muchas maneras y formas, dando a unos tormento y a otros por amor y dando a otros cosas de Castilla: tengo por nueva cierta que yendo este río de San Juan arriba cincuenta leguas que hay muy ricas minas de la una parte del río y de la otra. La manera como este río se ha de navegar es en canoas de los indios (...)

Lo que por esta costa abajo hacia el poniente hay es que yendo veinte leguas de aquí hay una provincia que se dice Careta, hay en ella ciertos ríos que tienen oro, lo sé de algunos indios e indias que aquí están en esta Villa no se han ido a bajar por no alborotar la tierra que está de paz porque somos pocos hasta que haya más gente; yendo más la costa abajo hasta cuarenta leguas de esta Villa entrando la tierra adentro hasta doce leguas está un Cacique que se dice Comogre, y otro que se dice Pocorosa, están tan cerca de la mar el uno como el otro, tienen mucha guerra los unos con los otros, en toda la tierra tiene cada uno de ellos un pueblo y dos a la costa de este mar, de donde se mantienen de pescado la tierra dentro; en casa de estos dos Caciques me certificaron los indios que hay ríos de oro muy ricos, está(n a) una jornada de este cacique Pocorosa unas sierras las más hermosas que se han visto en estas partes, son sierras muy claras sin ningún monte, salvo alguna arboleda que está por algunos arroyos que descienden de las sierras. Están allí en aquellas sierras ciertos Caciques que tienen oro en mucha cantidad en sus casas; dicen que los tienen todos aquellos Caciques en las barbacoas como maíz, porque es tanto el oro que tienen que no lo quieren tener en cestas, dicen que todos los ríos de aquellas sierras que tienen oro, y que hay granos muy gordos en mucha cantidad, la manera como se coge es que lo ven estar en el agua y lo apañan y lo echan en sus cestas; asimismo, lo cogen en los arroyos desde que están secos, y para que Vuestra muy Real Alteza de las cosas de aquellas le envío un indio herrado de los de aquella tierra que lo ha cogido él muchas veces; esto no lo tenga Vuestra muy Real Alteza a cosa de burla porque de verdad yo estoy bien certificado de muchos indios principales y caciques.

Yo Señor he estado bien cerca de aquellas sierras hasta una jornada, no he llegado a ellas porque no he podido a causa de la gente, porque llega hombre hasta donde puede y no hasta donde quiere, por el canto de aquellas sierras van unas tierras muy llanas, van la vía de hacia la parte de medio día, dicen los indios que está la otra mar de allí tres jornadas; dícenme todos los caciques y los indios de aquella provincia de Comogre que hay tanto oro cogido en piezas en casa de los caciques de la otra mar que nos hacen estar a todos fuera de sentido; dicen que hay por todos los ríos de la otra costa oro en mucha cantidad y en granos muy gordos dicen que a casa de este Cacique Comogre vienen indios de la otra mar en canoas por un río que llegan a casa del cacique Comogre y traen oro de minas por fundir en muy gordos granos y mucho; el rescate que les dan por el oro es ropa de algodón e indios e indias hermosas, no los comen como la gente de hacia el río grande, dicen que es muy buena gente de buena conversación la de la otra costa; dícenme que la otra mar es muy buena para navegar en canoas porque está muy mansa a la continua, que nunca nada brava como la mar de esta banda según los indios dicen; yo creo que en aquella mar hay muchas islas, dicen que hay muchas perlas en mucha cantidad muy gordas y que tienen cestas de ellas los Caciques y que también las tienen todos los indios e indias generalmente, este río que va desde este Cacique Comogre a la otra mar, antes que llegue allá se hace tres brazos y cada uno de ellos entra por sí en la otra mar; dicen que por el brazo que entra hacia el Poniente vienen las perlas a rescatar en canoas a casa del cacique Comogre; dicen que el brazo que entra hacia el Levante entran las canoas con oro por todas partes que es cosa increíble y sin ninguna comparación y pues,que de tan gran tierra adonde tanto bien hay Nuestro Señor le ha hecho Señor no la debe de echar en olvido, que si Vuestra muy Real Alteza es servido de me dar y enviar gente, yo me atrevo a tanto mediante la bondad de Nuestro Señor de descubrir cosas tan altas y adonde puede haber tanto oro y tanta riqueza con que se puede conquistar mucha parte del mundo, y si de esto Vuestra muy Real Majestad es servido para en las cosas que acá son menester de hacer, déjeme Vuestra muy Real Alteza el cargo, que yo tengo tanta confianza en la misericordia de Nuestro Señor que le sabré dar tan buena maña e industria con que lo traya todo a buen estado, que vuestra muy R.A. sea muy servido, y cuando esto no hiciere, no tengo mejor cosa que mi cabeza que pongo por prenda.

Y de tanto certifico a vuestra muy R.A. que procure con más diligencia lo que cumple a servicio de vuestra muy R.A. que no los gobernadores que acá se perdieron Alonso de Hojeda e Diego de Nicuesa, porque no me quedo yo en la cama entretanto que la gente va a entrar y a correr la tierra, porque hago saber a vuestra muy R.A. que no se ha andado por toda esta tierra a una parte ni a otra que no haya ido adelante por guía y aun abriendo los caminos por mi mano para los que van conmigo; y si no es así, a las obras me remito y al fruto que cada uno de los que han pasado acá han dado.

(...)

Muy poderoso Señor una merced quiero suplicar a Vuestra Alteza me haga porque cumple mucho a su servicio, y es que Vuestra Alteza mande que ningún Bachiller en Leyes ni otro ninguno sino fuere de Medicina pase a estas partes de la tierra firme so una gran pena que Vuestra Alteza para ello mande proveer, porque ningún Bachiller acá pasa que no sea diablo y tienen vida de diablos, y no solamente ellos son malos más aún hacen y tienen forma por donde haya mil pleitos y maldades; esto cumple mucho al servicio de V.A. porque la tierra es nueva.

Muy poderoso Señor, con un bergantín que de aquí enviamos en que fue Juan de Quizedo y Rodrigo de Colmenares, envié a V.A. 500 pesos de oro de minas en granos muy hermosos, y porque la navegación es algo peligrosa para navíos pequeños, tornó a enviar ahora a V.A. con Sebastián del Campo 370 pesos de oro de minas: más se enviaran si no fuera porque no se pudo coger en tanto que acá estuvieron los navíos.

En todo lo que he dicho suplico a V.A. provea lo que más a su servicio cumpla. Nuestro Señor la vida y muy Real estado de V.A. prospere con acrecentamiento de muchos más reinos e señoríos a su santo servicio y que en estas partes se descubran y venga todo a manos de V.A. como vuestro muy R.A. desea, porque hay más riquezas que en todo el mundo.

De la villa de Santa María del Antigua de la provincia del Darien en el golfo de Urabá, hoy jueves a 20 de enero de 513 años == De V.A. hechura y crianza que sus muy Reales manos y pies besa == Vasco Núñez de Balboa