Carta de Luis Carrera a Joel Robert Poinset (8 de febrero de 1816)


Carta De Luis Carrera A Joel Robert Poinset

Sr. Joel Robert Poinsett.

Buenos Aires, 8 de febrero de 1816

Mi amigo el más apreciable; cuando escribo a V. ésta, ya considero a José Miguel en su compañía y por lo mismo a V. enterado de todos los sucesos acontecidos hasta su salida de el, oiga V. ahora los que ocurren nuevamente. El actual director ha tomado una parte activa en las disensiones de los chilenos emigrados, protegiendo a O'Higgins (sic) y sus partidarios; y oprimiéndonos a nosotros de un modo, que ya puede decirse escandaloso. O'Higgins ha salido para Mendoza el 5 del presente por orden de este gobierno y sería auxiliado con la Posta de balde, un coche para su familia, y quinientos pesos para sus gastos, asignándole sueldo en su destino. En esto ha tenido mucha parte San Martín, gobernador de Mendoza, que ha oficiado a este gobierno diciendo que O'Higgins era el que tenía mejor concepto y más partido en el reino de Chile. Yo aseguro a V. que San Martín y este gobierno saben lo contrario y que conocen y aun han confesado la ineptitud de O'Higgins. Yo vi al director para que me diese licencia para pasar a Mendoza, con el objeto de mandar a Chile uno o dos espías patriotas, a fin de conseguir a nuestros amigos algún dinero; y se negó redondamente. Con este motivo voy a hacer mi representación por escrito, para si me niega segunda vez, reclamar a la Junta de Observación y que como he dicho a V. antes se conozca el escándalo con que se nos persigue; y pueda decirse francamente que estos tienen sobre Chile miras ambiciosas y a personas que solo quieren tener a su inmediación un trasto que jamás les incomode y, que les sirva de espantajo, para decir en tiempo vamos a salvar a Chile en unión de sus hijos. San Martín ha puesto en Mendoza y San Juan tres mil hombres de toda arma, entre cívicos y tropa de línea y para esta ha dado la libertad a todos los esclavos de la provincia. De aquí le han ido algunos oficiales, seiscientos fusiles, alguna artillería volante y bastantes municiones.

Se dice que intenta pasar sobre la provincia de Coquimbo pero a mi me ha asegurado Antonio Pinto(2) que en esta cordillera no lo harán y que el motivo de mandar a O'Higgins a Mendoza es porque temen que el enemigo pase a esta parte y que en tal caso debe O'Higgins pasar la cordillera por un punto opuesto, con una partida volante a revolucionar el país.

Voy a decir a V. mi opinión. Yo no creo que el enemigo se atreva a atacar Mendoza, porque la fuerza con que el cuenta es la mayor parte de chilenos descontentos y no llega a tres mil quinientos hombres, porque San Martín en esta parte puede presentarle a más de la tropa de línea y cívicos, dos mil hombres de caballería, con que puede incomodarlo demasiado y quitarle los recursos; y por último porque el enemigo no cuenta con partido alguno en la provincia de Cuyo y porque los chilenos desesperados con la opresión que sufren, son capaces de sacudir el yugo en viendo poca fuerza; pues aún con las que hay, lo están intentando en el día.

A San Martín lo detesta este gobierno y todos los que tienen el poder, y si el no se sostuviera con la fuerza le quitarían el mando en el día. El cree muy expuesto pasar a Chile con menos de cuatro mil hombres de línea y aun dicho reservadamente, que no se atreve a emprender con poca fuerza, porque si sufre un descalabro el gobierno de Buenos Aires lo acabará de arruinar. Los auxilios que estos mandaron a Mendoza fueron originados del miedo que les causó la desgracia del Perú; pero luego que les ha pasado el terror, se han arrepentido y no quieren mandar más.

Incluyo a V. el parte de Rondeau para que por él calcule lo que le parezca. Muy poco más hay que comunicar a V. de lo que se enterará por la que escribo a José Miguel.

En todas distancias es de V. su constante amigo.

Luis de Carrera.



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