Carta de Carlos VII a Juan Nepomuceno de Orbe y Mariaca sobre la abolición foral

Mi querido Valde-Espina:

Mientras mi palabra pudo servir de pretexto para comprometer las antiguas libertades del pueblo vasco-navarro, he guardado silencio.

Hoy que el Gobierno de Madrid ha realizado su obra de destrucción, Yo, Rey y Señor de estas nobles provincias, debo recordar que recibí juramento solemne, que me han proclamado y que bajo el Árbol sagrado de Guernica, como en las Juntas de Villafranca, juré guardar sus Fueros, buenos usos y costumbres.

Los que crean que los fueros son contrarios a la unidad nacional, se equivocan; nadie más español que yo; nadie desea más la unidad y vigor de la Patria; pero por lo mismo, como custodio de los derechos de todos los españoles, alzo mi voz, y uniéndola a la del pueblo vasco oprimido, y a la de todos los hombres de bien de España, protesto contra un decreto inocuo, contra un nuevo atentado de la Revolución a instituciones venerables, consagradas por la ley y por los siglos.

El pueblo vascongado sabe que la Monarquía legítima ha sido su baluarte, la Historia consigna la íntima unión que ha existido entre el pueblo vascongado y los monarcas castellanos.

No se deje abatir ese noble pueblo; no llore la muerte de sus venerandas libertades. Vivirán a la sombra del verdadero estandarte de España; yo lo conservo puro y sin mancha, para cuando Dios señale la hora de su justicia.

CARLOS

París, 15 de mayo de 1877.