Caridad
de Vicenta Castro Cambón

Señor, cuando a la busca de una oveja perdida
al camino te lanzas, el alma agradecida
se anonada y no acierta la palabra de amor.
Señor, yo sé que vienes en busca de mi hada
y a la puerta te aguardo de mi pobre morada;
más sólo sé decirte: ¡Heme a tus pies, Señor!