Cargado de mortal melancolía
Cargado de mortal melancolía, de angustia el pecho y de memorias lleno, otra vez torno a vuestro dulce seno, campos alegres de la patria mía. ¡Cuán otros, ay, os vio mi fantasía, cuando de pena y de temor ajeno, en mí fijaba su mirar sereno la infiel hermosa que me amaba un día! Tú, que en tiempo mejor fuiste testigo de mi ventura al rayo de la aurora, selo de mi dolor, césped amigo; pues si en mi corazón, que sangre llora, esperanzas y amor llevé conmigo, desengaños y amor te traigo ahora.