Mi tumba

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Cuando yo expire, a la empinada sierra

transportad mi cadáver y en la cumbre,

no lo arrojéis debajo de la tierra,

sino encima... del sol bajo la lumbre.


Donde me cante el impetuoso viento

sus largos deprofundis y mi caja

mortuoria sea un risco, el firmamento

mi capilla y la nieve mi mortaja.


En donde para honrar el mustio rastro

de lo que fui, cuando en la vida estuve,

tenga por cirio funeral, un astro

y por incienso místico, una nube.


Donde para que rabien los humanos

que arrastran sus envidias por el suelo,

me devoren, en vez de los gusanos,

los buitres y las águilas del cielo.