Cardos y lirios/Himno a la aurora
Himno a la aurora
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Celestial mariposa
de alas tenues y grandes
teñidas de oro y rosas:
tú, que en el amplio cielo,
tras del enorme boa de los Andes
¡alzas el blando y luminoso vuelo!
¿De qué jardín sublime
vienes, divina mariposa? Dime,
¿en qué sidéreo broche
libas la miel que te alimenta? ¿Acaso
tus luengas alas de luciente raso,
batiste en los jardines de la noche?
¿En qué flores de luces infinitas
Saciaste tus anhelos?
¿Tal vez en las radiantes margaritas
que se abren en los surcos de los cielos?
¿Ya que los horizontes
llenos de luz y galas
y derramas en mar, valles y montes
todo el dorado polvo de tus alas?
¡Celestial mariposa!
Vén, y tus remos en mis sienes posa;
desciende al pobre mundo
de tu verjel profundo,
antes de que en los giros de tus vuelos,
¡te quemes en la antorcha de los cielos!