Canto guerrero (Tirteo)
II
CANTO GUERRERO
¿Hasta cuándo, decid, en vil reposo?
¿Cuándo, mancebos, erguiréis la frente
Con aliento esforzado y generoso?
¡Oh! ¿quién la llama del rubor no siente?
¿En paz yacéis, cuando en furor sañudo
Se agita ya la convecina gente?
Ajusta al brazo el adalid su escudo,
Golpes descarga, al enemigo acosa,
Y triunfa ó muere, de temor desnudo.
¡Cuánto es acción magnánima y gloriosa
Que vuele el joven á la lid tremenda,
Por su patria y sus hijos y su esposa!
Si acecha á todos por ignota senda
La inevitable muerte, i qué provecho
Brinda el temor de la marcial contienda?
¡La espada empuña, avánzate derecho,
Mancebo altivo, y mientras rudo hieres,
Hierva el furor so el escudado pecho!
Mueres si hidalgo, y si menguado, mueres
Y aunque nieto de dioses te declares,
Aun no inmortal cual tus abuelos eres.
Hubo ya quien huyendo los azares
Y estruendo de las armas, á deshora
Tropezó con la muerte en sus hogares.
¡Muerte triste la suya! El que colora
La tierra en sangre y lucha cual valiente.
Ese es el digno á quien el pueblo llora.
Y si se salva, es torre que eminente
Amparando á los suyos se levanta:
Nombre de semidiós le da la gente:
Su brazo sólo ejércitos espanta.