Canciones Surianas/Gris
Qué tristes se presentan los campos en Otoño!
No existe ni un capullo, no queda ni un retoño,
y gris tornóse el cielo,
el cielo antes azul.
Se fué la charlatana, viajera golondrina,
los nidos están solos, y flota la neblina
surgiendo de los lagos como cendal de tul.
Al fin murió la tarde; tras su fulgor escaso,
la fúnebre tiniebla ensombreció el Ocaso,
y el astro de la noche
ya enciende su fanal.
Crepita la hojarasca dispersa en la llanura,
y gime la huilota temblando de ternura,
echada entre los surcos polvosos del maizal.
Naturaleza mustia, naturaleza fría,
Naturaleza triste, mi sola poesía,
es todo el Universo
tu vasto panteón.
No bien llega el Otoño, no bien se acerca Octubre,
te cubres de hojas secas como también se cubre
de muertas esperanzas mi enfermo corazón.
Cuando la Primavera despierte á los amores,
y fecundice el suelo, y traiga aves y flores,
ya te alzarás soberbia
del lúgubre ataúd.
Mas ¡ay! que yo abatido por negros desengaños,
no aspiraré las flores de mis primeros años;
se fué mi primavera, se fué mi juventud!