Cancionero (Petrarca)/El gentil árbol, que amé tantos años

El gentil árbol, que amé tantos años
mientras desdén su fronda no ofrecía,
mi flaco ingenio florecer hacía
a su sombra, y crecer tiempos antaños.

Mas luego que, creyendo sus engaños,
mudó de dulce su madera a impía,
volví mi pensamiento a la porfía
de hablar por siempre de sus tristes daños.

¿Qué ahora dirá quien por amor suspira,
si mi rima juvenil le hubiera dado
otra esperanza, que por éste pierde?

«Ni tome hoja poeta de él, ni agrado
en Jove halle; y el Sol muestre tal ira,
que en él se sequé al fin toda hoja verde».