Cancionero (Petrarca)/Cualquier mujer que aspire a grande fama

Cualquier mujer que aspire a grande fama
de valor, discreción y cortesía
mire en los ojos la enemiga mía,
a quien señora mía el mundo llama.

Cómo se cobra honor, cómo a Dios se ama,
cómo adorna recato gallardía,
allí se aprende, y cuál la recta vía
del cielo, que la espera y la reclama;

allí el habla al que estilo alguno llega
y el discreto callar y las costumbres,
que no hay poeta que las pinte en parte.

La infinita beldad que toda ciega
no se aprende; que aquellas dulces lumbres
se alcanzan por ventura y no por arte.