Cancionero (Petrarca)/Aquel, que en el color y olor vencía

Aquel, que en el color y olor vencía
al odorífero y lucido Oriente,
y en hierba y fruto y flor, donde el Poniente
a todo raro bien ventaja hacía,

mi laurel dulce, en que habitar solía
toda virtud, toda belleza ardiente,
veía a su cobijo honestamente
sentarse a Amor junto a la diosa mía.

Apenas yo mi afán más puro y claro
puse en la planta, cuando en fuego y hielo
temblando, ardiendo feliz fui en tal copia.

Lleno era el mundo de su honor preclaro,
y entonces Dios, por adornar el Cielo,
consigo la llevó, que era de Él propia.