Campoamor (López de Ayala)
Tu bondad, tu trato ameno, tu faz, tu ingenio florido, Campoamor, son un veneno; pues, siendo tan descreído, no debieras ser tan bueno. Hoy con tu ejemplo se ve más válida la opinión de que es fácil que se dé la moral sin religión, y la conciencia sin fe. ¡Hombre, no inspires amor! Te lo ruego por Dios vivo... ¡Hazte malo, por favor; pues no serás tan nocivo... en siendo un poco peor!