Cabalga Diego Laínez

Nota: Esta transcripción respeta la ortografía original de la época.
VI

C

abalga Diego Laínez

al buen Rey besar la mano;
consigo se los llevaba
los trescientos hijosdalgo.
Entre ellos iba Rodrigo,
el soberbio castellano;
todos caminan á mula,
sólo Rodrigo á caballo;

todos visten oro y seda,
Rodrigo va bien armado;
todos espadas ceñidas,
Rodrigo estoque dorado;
todos con sendas varicas,
Rodrigo lanza en la mano;
todos guantes olorosos,
Rodrigo guante mallado;
todos sombreros muy ricos,
Rodrigo casco afinado,
y encima del casco lleva
un bonete colorado.
Andando por su camino,
unos con otros hablando,
allegados son á Burgos;
con el Rey se han encontrado.
Los que vienen con el Rey
entre sí van razonando;
unos lo dicen de quedo,
otros lo van publicando:
—Aquí viene entre esa gente
quien mató al conde Lozano.—
Como lo oyera Rodrigo,
en hito los ha mirado;
con alta y soberbia voz
d’esta manera ha hablado:
—Si hay alguno entre vosotros
su pariente ó adeudado
á quien pese de su muerte,
salga luégo á demandallo;
yo se lo defenderé,
quiera á pié, quiera á caballo.
Todos responden á una:
—Demándelo su pecado.—
Todos se apearon juntos
para al Rey besar la mano;

Rodrigo sólo quedó
encima de su caballo.
Entonces habló su padre,
bien oiréis lo que ha hablado.
—Apeaos, hijo mío,
besaréis al Rey la mano,
porqu’él es vuestro señor,
vos, hijo, sois su vasallo.—
Desque Rodrigo esto oyó
sintióse muy agraviado;
las palabras que responde
son de hombre muy enojado.
—Si otro me lo dijera,
ya me lo hubiera pagado;
mas por mandarlo vos, padre,
yo lo haré de buen grado.—
Ya se apeaba Rodrigo
para al Rey besar la mano;
al hincar de la rodilla
el estoque se ha arrancado.
Espantóse d’esto el Rey
y dijo como turbado:
—Quítate, Rodrigo, allá,
quítateme allá, diablo;
que tienes el gesto de hombre
y los hechos de león bravo.—
Como Rodrigo esto oyó
apriesa pide el caballo;
con una voz alterada
contra el Rey así ha hablado:
—Por besar mano de rey
no me tengo por honrado;
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado.—
En diciendo estas palabras
salido se ha del palacio;

consigo se los tornaba
los trescientos hijosdalgo.
Si bien vinieron vestidos,
volvieron mejor armados;
y si vinieron en mulas,
todos vuelven en caballos.