Buen modo de subir
En las nubes escondía
un cerro su alta eminencia:
sobre él un gran roble había,
y en lo alto de éste tenía
la águila su residencia.
En torno á su majestad
cada alado cortesano
posaba con vanidad,
cuando entre ellos, ¡oh maldad!,
vieron un día á un gusano.
«¿Cómo (exclamaron con saña)
sin alas subió hasta aquí
tal bicho de forma extraña?»
Y él respondió: «Yo con maña
y arrastrándome subí.»