Boscán, vengado estáis, con mengua mía
Soneto XXVIII
editarBoscán, vengado estáis, con mengua mía, de mi rigor pasado y mi aspereza con que reprehenderos la terneza de vuestro blando corazón solía. Agora me castigo cada día de tal salvatiquez y tal torpeza: mas es a tiempo que de mi bajeza correrme y castigarme bien podría. Sabed que en mi perfecta edad y armado, con mis ojos abiertos me he rendido al niño que sabéis, ciego y desnudo. De tan hermoso fuego consumido nunca fue corazón: si preguntado soy lo demás, en lo demás soy mudo.