Bernardino de Rebolledo (Retrato)

Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.


D. BERNARDINO DE REBOLLEDO. editar

Entre los hombres raros que suelen destinar la naturaleza y el estudio para ornamento de las armas y las letras, gentil maridage que solo puede dar gloria á los Héroes, contará siempre España á D. Bernardino de Rebolledo, nacido en la Ciudad de León en 1597. Fuéron sus padres D. Gerónimo de Rebolledo, Señor de Irian, y Ana de Villamizar, ambos de la mas esclarecida nobleza de aquel Reyno. Desde muy tierna edad le llevó el espíritu militar á Italia, empezando á servir de Añférez de Infantería en las galeras de Nápoles, en cuya carrera continuó por espacio de diez y ocho años, hasta el grado de Capitán. Acompañó al Príncipe Fíliberto de Saboya en todas las expediciones que hizo á Berbería y á Levante; y á D. Pedro de Leyva en la presa de la caravana turca, y de otros vaxeles en las costas de África, y en varias victorias conseguidas en aquella campaña en diversos mares contra los Argelinos. Mostró asimismo su pericia y valor en las mas famosas funciones de aquel tiempo, como la recuperación de la Ribera de Génova, toma de Albenga, asalto y toma de Onclla, Puerto-Mauricio, y Castillo de Vintimilla. Militó después baxo la conducta de Ambrosio Spinola en la Lombardía, y se halló antes en la toma de Niza, y sidos de Pontescura, S. Gregorio, y Casal, en el qual recibió una herida en un brazo. Rendida esta última plaza y su Ciudadela en 1630, fue enviado á Madrid con la noticia y la capitulación, por cuyo servicio fue nombrado Gentilhombre de boca del Infante D. Fernando.

D. BERNARDINO DE REBOLLEDO.
Natural de la Ciudad de Leon, Conde del S.R. I. Consumado Político, esforzado Militar, y eminente Poeta Castellano. Murió en Madrid en 1676, a los 80 años de su edad.

Aquel mismo año pasó al Exército de Flandes á servir una Compañía de Lanzas Españolas. En todas las facciones de las campañas siguientes dió las mismas pruebas de su valor y conducta militar, principalmente en el socorro de Mastrick, de Gueldres, sitio de Werthal, y paso del Mosa. En 1637 fue nombrado Teniente de Maestre de Campo General de los Exércitos de los Paises-Baxos: desde donde fue enviado á solicitar los socorros de Alemania, y á otras negociaciones muy graves con la Corte de Viena, y de otros Príncipes del Imperio. En remuneración del mérito que contrajo en este servicio y otros, el Emperador Ferdinando II le creó Conde del S. R. I.

En 1640 fue ascendido á Maestre de Campo de un Tercio de Infantería Española: sucesivamente á Gobernador de la Plaza de Franckendal. Después se le encargó el ataque de la Villa y Castillo de Crucenack, que reconquistó juntamente con el de Peckelen, el de Falcstein en el Palatinado inferior, y otros muy importantes; y últimamente fue nombrado Gobernador General del Palatinado, en donde levantó á su costa un Regimiento de Alemanes altos, del qual fue Coronel. En 1644 fue elegido por S. M. Católica para asistir al Congreso de Passau con los Ministros Imperiales.

Vuelto á Bruselas, en tiempo que estaban todas las Plazas del Rhin ocupadas por las armas Francesas y Suecas, tuvo que defender la de Franckendal, y sostener un sitio de diez y ocho meses, obligando finalmente al enemigo á levantarle. En 1646 se le nombró Capitán General de la Artillería del Exército que se había de formar en la frontera de Luxêmburgo; y por no haber tenido efecto hasta el año siguiente, volvió á España á continuar sus servicios.

Al tiempo que iva á partir para el sitio de Lérida, tuvo orden del Rey de pasar á Alemania á negociaciones muy importantes con el Emperador y Rey de Ungria, desde donde fue destinado para Ministro plenipotenciario en Dinamarca; en cuyo encargo descubrió su talento, su valor, su instrucción, y consumada experiencia en las artes de la paz y de la guerra, en los diez y ocho años que residió en aquella Corte, de la qual fue escudo y amparo, así con el consejo como con su persona, contra las armas y proyectos de Suecia. Las prendas de gran político, y de esforzado y cortesano caballero, realzadas con la grandeza de su ingenio y eminencia de su literatura, le grangeáron la estimación de Federico III de Dinamarca, y de la famosa Reyna Christina de Suecia, á quien dedicó sus insignes obras, La Constancia victoriosa versión del libro de Job, y los Trenos de Jeremías. En reconocimiento al favor y distinción que mereció también á la Reyna de Dinamarca María Sofia de Luxêmburgo, le dedicó sus Selvas Dánicas, compuestas y publicadas en Copenhague.

Al fin, coronado de años y de servicios, retiróse á la Corte de España, en donde para descanso de sus gloriosas fatigas se le confirió plaza en el Consejo de Guerra, en cuyo destino y otros encargos que se le confiáron nunca desmintió el alto concepto de su práctica é inteligencia. En esta pacífica carrera siguió los últimos doce años de su vida, que acabó en 1676 en Madrid á los ochenta de su edad.

Supo el ingenio de Rebolledo, en la continua alternativa de los graves negocios de la política y de las sangrientas facciones de la milicia, aprovechar sus ocios dignamente con la dulce familiaridad de las Musas: y su christiana filosofía estrechó tan íntimamente estas tan opuestas tareas, que ni el peso de tantas fatigas, ni la carcoma de los años, pudieron debilitar el vigor de su entendimiento y espíritu, como lo publican las producciones que dió en su mas avanzada edad. En todas ellas mostró un sublime talento para las poesías sagradas, en cuyo género se deben reputar por las mas dignas que hay escritas en nuestro idioma, pues en todas se encuentra la rara felicidad de conservar intacta en la versión la fuerza y concisión del original, particularmente en su Selva Sagrada, versión de los Salmos de David: en donde campean el caudal y fluidez de su estilo, y la magnificencia de la lengua castellana.

Las obras hasta aquí conocidas, son todas poéticas, y se dividen en quatro tomos, que comprehenden: sus Ocios, composición lírica; la Selva Militar y Política, poema didáctico dedicado al Señor Felipe IV, único en su especie; la Selva Sagrada; la Constancia victoriosa; los Trenos de Jeremías; el Idilio Sacro; y las Selvas Dánicas, que son un poema genealógico de la sucesión de los Reyes de Dinamarca.


Véase también a Bernardino de Rebolledo en Wikipedia y en Wikisource.