Ayudame, Señora, á hacer venganza
Ayudame, Señora, á hacer venganza
De tal selvatiquez, de tal rudeza,
Pues de mi poquedad, de mi bajeza
Osado á ti elevaba la esperanza.
Á esa tu perfeccion, que no se alcanza,
Á esas sublimes cumbres de belleza,
Donde una vez llegó naturaleza,
Mas de volver perdió la confianza.
Aquello que en ti miro contemplando,
(Que apenas contemplarlo me consiente)
Contemplándolo mas, menos lo espero.
Si gloria de mi pena en ti se siente,
Derrama en mí tus iras, desamando;
Que al ofenderme mas yo mas te quiero