Auxilio pedido a Filis
Dices que no merezco, dueño mío, ser de ti amado; como si no vieras cada momento pruebas verdaderas de que tú sola riges mi albedrío. Vierta la envidia de tu seno impío contra mi firme amor calumnias fieras; pues, como que estoy hecho a sus quimeras, sus artes y acechanzas desafío. La verdad que ha triunfado en mis desgracias también contrastará las imposturas que me usurpan el logro de tus gracias; mas, ay, que si tu fe no me aseguras, aún podrá ser que triunfen las falacias si su auxilio las dan mis desventuras.