Así, cual de mi mal he mejorado
Así, cual de mi mal he mejorado, se me hubiera doblado el accidente, yo tengo por muy cierto que al presente me hallara, mi señor, muy aliviado; que, si de sus congojas y cuidado se alivia todo espíritu doliente, aliviárase un cuerpo mayormente al son de un dulce estilo delicado. Yo conozco, señor, doliente o sano, deberos tanto, que no sé en que suerte os me pueda mostrar agradecido: sólo tendréis de mí, como en la mano, que a nadie es vuestro mal tan grave y fuerte, ni vuestro bien de nadie es tan querido.