Arqueología argentina: Algunos vasos ceremoniales de la región Calchaquí
Al revisar la importante colección de antigüedades calchaquíes del Museo Nacional de Historia Natural, llamaron especialmente mi atención dos vasos que salen de lo común, presentando tales caracteres de novedad, que bien merecen una descripción minuciosa.
Lo mismo sucede con otros dos de mi propiedad que, en cierta manera, se relacionan con aquéllos y que desde ahora formarán parte de la colección del Museo, pues he creído conveniente donarlos á esta Institución.
Todos estos vasos han sido pintados, ostentando restos más ó menos visibles de dibujos simbólicos.
La serpiente predomina en dos; en otro, el sapo, y, en tres de ellos, estos símbolos están acompañados por figuras lineales compuestas de elementos de guarda griega y escaleras.
Por su forma y sus pinturas unos, y otros por su tamaño, creo que estos vasos deben haber sido ceremoniales.
Para que puedan ser mejor apreciados, los describiré uno por uno.
(Fig. 1). Este ejemplar es el primero que conozco de su especie. Su forma es la de un puco, pero de base achicada y de paredes muy altas que terminan en un borde algo dirigido hacia afuera y recortado, de modo que forman tres terrazas anchas con tres escalones de cada lado y separadas entre sí por un gran espacio recto y liso.
Éste se halla pintado, y los dibujos, tanto de uno como de otro lado, cubren también las partes recortadas que forman dichas terrazas.
Como en todos los pucos calchaquíes, la ornamentación de la pared de éste también se halla dividida en dos mitades, separadas por líneas verticales que bajan del borde hasta la base.
En cada una de estas mitades hay tres figuras triangulares que se encajan, cubriendo toda la pared, las dos de los extremos, con la base hacia el borde, y la del centro, con el vértice en la misma dirección.
Estas figuras triangulares de distinto tamaño muestran en su interior otras líneas que forman elementos de guarda griega, en una mitad cerrados y en la otra abiertos.
A estos elementos acompañan otros de escalera ó terraza.
Como la pintura negra que ha servido se ha empleado con profusión y las líneas son gruesas, los espacios en blanco que quedan son, en general, pequeños: algunos de éstos han sido rellenados parcialmente con gruesas gotas, como puntos.
Uno de los espacios comprendidos entre las verticales que forman las dos mitades citadas, habiendo quedado muy en blanco, fué asimismo rellenado con una escalera, también vertical, dos de cuyos tramos han sido unidos entre sí por medio de una cruz.
Al lado de esta escalera y cerca del borde hay un relieve pegado sobre la pared, representando un torcido grueso, que ha quedado como adorno en vez de asa; del otro lado existe la indicación de otro que se ha desprendido.
Interiormente el dibujo cambia completamente, ocupando todo el espacio dos grandes y gruesas serpientes de cabeza triangular, enroscadas de media vuelta solamente, y dispuestas como si quisiesen salir del interior del vaso.
Las dos serpientes no son iguales: una de ellas tiene debajo, y hacia cada lado de la cabeza, tres líneas cortas, gruesas y verticales y el cuerpo recuerda la escalera citada en el lado externo.
Los tramos de esta escalera están en su interior unidos alternativamente por una cruz.
La otra serpiente carece de esos apéndices en la cabeza y su cuerpo está dividido en secciones por líneas oblicuas, cuyo interior está ocupado alternativamente por puntos dispuestos en una serie, ó por una línea larga y ondulada como un flagelo.
Debajo de las terrazas corre una línea horizontal que se interrumpe al llegar á los espacios que las separan entre sí.
De estas líneas suben, verticalmente, hacia las terrazas figuras en escalones, elementos de la escalera con cruz y trazos negros informes.
La parte sobre las terrazas y sus escalones, es decir, el borde mismo del vaso, ha sido pintado de negro y sobre los espacios la pintura se ha interrumpido como una serie de puntos.
Este vaso tiene 13 centímetros de altura por 24 de diámetro en la boca, y 9 en la base.
Sabemos que en el simbolismo calchaquí, la serpiente significa el rayo, las cruces que lleva en su cuerpo, lluvia: y como las terrazas se interpretan como nubes de lluvia en la civilización Pueblo del S. W. de Estados Unidos y allí también se usan vasos de bordes recortados en las diversas ceremonias que efectúan, me pregunto: ¿No será éste alguno de esos vasos ceremoniales ó de medicina como los que los Oraibis y Cipaulovis ponen al altar de los sacerdotes del Antílope en las ceremonias de la Danza de las Serpientes en Tusayan?[1]
Entre los indios Sia estos vasos de bordes en terrazas son también empleados en sus ceremonias para hacer llover, véase las planchas xix y xxii que representan los altares de las Sociedades del gigante y del cuchillo, en el trabajo de la Sra. Matilde Coxe Stevenson, publicado en el llth Annual Report, etc. 1889-90[2].
La fig. 2 representa un pequeño vaso que recogí en el Departamento La Viña, Valle de Lerma, al oriente del Valle Calchaquí y cerca de la boca de la Quebrada de las Conchas, que es su entrada por esa parte.
Allí debe haber habido una colonia importante de indios, pues
se hallan muchos objetos y entre ellos algunos muy bien concluí-
dos y que revelan, en sus autores, gusto y arte adelantados.
El puco en cuestión no tiene nada de esto, es muy pequeño: de nueve centímetros de diámetro por cuatro de altura; es casi de la misma forma que el anterior, aunque mucho más bajo relativamente, y presenta la particularidad de tener los bordes algo dirigidos hacia afuera, con cuatro protuberancias anchas triangulares equidistantes dos á dos y surcadas por escotaduras, lo que les da el aspecto de pequeñas terrazas mal hechas, y que creo las hayan querido representar de ese modo, dada la pequenez del objeto.
En la línea que separa al puco en dos partes, á objeto de la pintura, se levantan sobre el borde mismo otras dos protuberancias simples con una sola escotadura, las que vienen á quedar entre las dos terrazas más cercanas.
El interior es liso y pintado uniformemente de rojo.
El exterior muestra rastros de pintura negra en fondo blanco, distinguiéndose aún terrazas verticales alternadas que dejan entre sí losanges blancos.
Este pequeño puco con ese simbolismo de terrazas, creo que haya tenido un objeto parecido al anterior; y como cabe muy bien en la palma de la mano y su abertura permite mover los dedos en su interior, no es difícil que se haya llevado con harina sagrada en las procesiones ó fiestas de los viejos calchaquíes.
Este ejemplar queda incorporado á las colecciones del Museo Nacional.
(Fig. 3). Es el primer ejemplar de esta especie que conozco y lo coleccioné en Cafayate, Valle Calchaquí, en mi expedición de 1895.
Su forma es la común en los pucos, tiene veinte y dos centímetros de diámetro por nueve y medio de altura.
Está muy destruido por el salitre que se le ha infiltrado durante el tiempo que estuvo enterrado y que con su acción capilar va royendo las paredes poco á poco.
Esto ha causado la desaparición de la mayor parte de las pinturas de su cara externa, que eran negras sobre fondo blanco, pero por lo que queda y lo que puede traslucirse mojándolo repetidas veces, se ve que el conjunto del dibujo ha sido el común de muchos pucos calchaquinos, es decir, una combinación de elementos de guarda griega colocados en sentido horizontal, como continuación de líneas en terrazas que corren del borde á la base.
Cerca del borde, y en la línea que divide la pared externa en dos partes á objeto del dibujo, hay dos pequeñas protuberancias, una al lado de la otra.
El interior de este puco se halla dividido en dos partes desiguales por medio de un tabique transversal que las separa completamente.
Las paredes del puco no han sido pintadas; en cambio el tabique muestra en sus caras dibujos muy borrados ya, pero que al fin he podido restaurar.
Hacia la división mayor el tabique, muestra una figura de cabeza triangular y cuerpo reticulado con cuatro patas flageladas.
El todo tiene el aspecto de uno de esos sapos (Bufo) que se hallan pintados dobles en ciertos pucos de esa región, y que he descrito anteriormente[3]; aunque, en este caso, muy mal hecho.
Del otro lado se distingue un dibujo compuesto por dos elementos de guarda griega unidos entre sí y formando como una especie de S en sentido horizontal (S).
Sobre el borde del puco se distinguen los restos de una línea negra y sobre el del tabique, puntos, unos al lado de otros como gotas.
Este puco con tabique es el primero que se describe y se da á conocer.
Al principio tuve mis dudas sobre esta pieza, pues me hizo el efecto de ser un objeto moderno y lo guardé junto al moño tan interesante que figuré y publiqué en mis notas de arqueología[4] y que resultó ser la representación del peinado de moño de las muchachas chachas calchaquíes; dato que comprobó con otros ejemplares entonces, y que aumentó con otro importantísimo la ya numerosa serie de coincidencias entre la civilización «Pueblo» de Estados Unidos con la Calchaquí y á la que me refiero al hablar del puco con terrazas Nº 1.
Creía al principio que el ejemplar que nos ocupa era uno de tantos trabajos de alfarería posteriores á la conquista y que hubiese sido destinado á servir de Yerbera, es decir, el recipiente que se emplea para el mate y que también dividido en dos partes, contiene el azúcar y la yerba mate: necesarios para la preparación de esta bebida nacional entre nosotros.
Por esta razón, y como también colecciono todos los elementos necesarios para el estudio de nuestra Etnografía Folklórica, lo conservé y resolví encajonarlo.
Hoy no me arrepiento.
Dado el simbolismo del Sapo; lo que se colige por los restos de las pinturas exteriores, y este curioso tabique destinado á separar dos substancias diversas, no trepido en suponerlo, también, un vaso ceremonial.
Desde ya queda también incorporado este ejemplar á las colecciones del Museo Nacional.
(Figs. 4 y 4a). Es un pequeño vaso de diez centímetros de alto por nueve de diámetro en su boca, de borde á borde, y tiene la particularidad de haber sido modelado sobre un canasto de paja en su base y parte del cuerpo.
Es también el primer ejemplar que se describe y publica de la región calchaquí presentando semejante particularidad.
La segunda parte del cuerpo es lisa, dirigida hacia adentro, y de ella se eleva un gollete ancho y muy inclinado hacia afuera.
Debajo del gollete y sobre el cuerpo, á cada lado, sobresalen dos orejas semicirculares formando una cavidad en su interior dirigida hacia arriba.
Todo el objeto exteriormente ha sido cubierto de pintura blanca y sobre ella se ha pintado con negro.
Los dibujos están muy destruidos por el salitre pero se distingue una línea negra alrededor de la base del gollete y entre ésta y el borde, una serie de triángulos negros cuya base arranca de este último.
El cuerpo ha sido dividido en dos frentes por medio de lineas verticales y sobre la primera parte de una de éstos se ve una serpiente acostada en ziszás formada por líneas, dobles cuyo interior encierra una línea de puntos redondos.
El espacio libre entre los ziszás del cuerpo está ocupado, en parte, por una línea recta con otras inclinadas formando como peine.
Fué encontrado en Santa María, Valle de Yocavil, Provincia de Catamarca y enviado al Museo Nacional por el Dr. Max Schmidt.
Este procedimiento de formar los objetos de arcilla sobre tipas ó canastos de paja tejida, es también característico de la civilización Pueblo, pero hasta ahora, según los hallazgos hechos, era raro su empleo en Calchaquí.
Si este vaso adornado con la serpiente no ha sido ceremonial, es probable que haya sido votivo, porque ha tenido que hacer con la lluvia.
Noviembre 11 de 1901.
- ↑ Tusayan Snake Ceremonies by Jesse Walter Fewkes. 16th Animal Report of the Burean of American Ethnology 1894-95, pl. lxxi y lxxii. En esta última plancha se ve detrás del altar y á la izquierda un gran vaso de bordes en terraza, y al frente otro más bajo en forma casi de puco, también con los bordes recortados, que el autor llama «medicine bowl» rodeado por un hisopo ó aspertor y seis mazorcas de maíz señalando las seis direcciones.
Estos vasos son llamados Canastos de Arcilla «Clay Baskets» por el Sr. James Stevenson en su Catálogo ilustrado de colecciones obtenidas de los Indios de Nuevo México y Arizona en 1879; publicado en el Second Annual Report, etc. 1880-81.
El Sr. Stevenson dice que estos vasos entre los Zuñis se llaman áh-wehl-wi-áh-pä-sáhl, y que estas vasijas tan singulares son usadas solamente por los indios en sus Danzas Ceremoniales sagradas.
En ellas ponen una pequeña cantidad de harina y son llevadas en las manos por las mujeres, las que, durante la danza, sacan con los dedos pulgar é índice pequeñísimas cantidades para asperjar con ellas los objetos sagrados y las cabezas de las personas que asisten á la ceremonia. (Pág. 360). - ↑ Procede da Santa María, y perteneció á la colección del Dr. Max Schmidt.
- ↑ Notas de Arqueología Calchaquí xxxi: El símmbolo del sapo: en el Boletín del Instituto Geográfico Argentino, t. xx, pág. 290 y sig.
- ↑ El Peinado y el Tocado: en el Boletín del Instituto Geográfico Argentino, t. xix, pág. 56, fig. 77.
- ↑ Basketery vocablo inglés, trabajos de trenzado de paja, junco ó esterilla.