Apocalíptica
de Julio Flórez

Apocalíptica



Y me senté en el carro de la sombra,
presa del más horrendo paroxismo,
y comencé a rodar sobre una alfombra
formada con el cosmos del abismo.

Y abarqué el infinito en una sola
mirada, llena de fulgor intenso…
Y vi del tiempo la gigantë ola
rodar al precipicio de lo inmenso!

Y vi la eterna procesión de mundos,
a través de mi loco desvarío,
rodar por los ignotos y profundos
senos inescrutables del vacío!

Y llamé a Dios, con penetrante acento,
con un acento penetrante y hondo,
que atravesó, rasgando el firmamento,
sin encontrar del firmamento el fondo!

Mas… nadie respondiome… en mi agonía,
—en dónde estás?... —grité de nuevo— en dónde? .
Pasó la pesadilla. Hoy todavía
lo llamo… y todo inútil… no responde!