Angoisse
Naturaleza, nada tuyo me conmueve, ni los campos
nutricios, ni el eco bermejo de las pastorales
sicilianas, ni las pompas auroreales,
ni la solemnidad doliente de los ocasos.
Me rio del Arte, me rio del Hombre también, de los cantos,
de los versos, de los templos griegos y de las torres espirales,
que se estiran en el cielo vacío de las catedrales,
y con igual ojo veo a los buenos que a los malos.
No creo en Dios, abjuro y reniego
de todo pensamiento, y en cuanto a la vieja ironía,
el Amor, quisiera que no me hablaran más de él.
Cansado de vivir, teniendo miedo a morir, semejante
al brick perdido, juguete del flujo y del reflujo,
mi alma apareja para espantosos naufragios.