Amor tardío
de Antonio Ros de Olano
           
           Junto a los días de tu edad primera
	fueron los años de mi edad florida;
	pasaron ¡ay! aquéllos de mi vida,
	y son los de tu hermosa primavera.
	 
	   Esta del labio confesión sincera,
	voz de recuerdo, endecha dolorida,
	llegue a ti como tierna despedida
	del cisne cuando espira en la ribera.
	 
	   Mas si el poder de la hermosura es tanto,
	que así presta a mi cítara apagada
	el grave acento en que mi pena fío;
	 
	   ¡Musa de mi dolor!..., tuyo es mi canto,
	y al repetirlo el alma enamorada,
	sólo el suspiro que te mando es mío.