Amor, que me vio libre y no ofendido
Amor, que me vio libre y no ofendido, torció, de mil despojos ricos llena, en lazos de oro y perlas la cadena, y en nieve escondió y púrpura, atrevido. Con la flor de las luces yo perdido, llegué y apresuré mi eterna pena; tiembla el pecho fiel y me condena; huyo, doy en la red, caigo rendido. La culpa de mis daños no merezco, que fue el nudo hermoso, y de mi grado no una vez le entregara la victoria. Cuanto sufro en mis cuitas y padezco hallo en bien de mis yerros engañado y del engaño salgo a mayor gloria.