​Amargura​ de José María de Aguirre


 En turbios días de borrascas duras,
 cuando el mar encrespando sus melenas
 deja las costas de blancores llenas,
 negro el ambiente y el abismo a oscuras,
 

 del cantil por las hondas cortaduras,
 entre escollos que muerden las arenas,
 voy contando lo amargo de mis penas
 al mar que tanto sabe de amarguras.
 

 Crencha espumante que el Noroeste riza
 el aire al escalar se pulveriza
 y en mansa lluvia sobre mí descarga:
 

 ¡tan amarga es la pena que me abruma
 que al rozar en mis labios esa espuma
 la comparo a mi mal y no me amarga.