Amar y querer
de Ramón de Campoamor



    A la infiel más infiel de las hermosas
    un hombre la quería y yo la amaba;
    y ella a un tiempo a los dos nos encantaba
    con la miel de sus frases engañosas.

    Mientras él, con sus flores venenosas,
    queriéndola, su aliento empozoñaba,
    yo de ella ante los pies, que idolatraba,
    acabadas de abrir echaba rosas.

    De su favor ya en vano el aire arrecía;
    mintió a los dos, y sufrirá el castigo
    que uno le da por vil, y otro por necia.

    No hallará paz con él, ni bien conmigo
    él que sólo la quiso, la desprecia;
    yo, que tanto la amaba, la maldigo.