​Amánticas​ de Antonio Domínguez Hidalgo



A
 M
  Á
   N
    T
     I
      C
       A
       S


Domínguez Hidalgo



POEMARIO
EN
CINCO
MOVIMIENTOS…


OBRA POEMÁTICA COMPLETA
TOMO 3
 



MOVIMIENTOS



Pág.
I OLVIDANTE 7
II AUSENCIA 43
III LUMÍNICA 79
IV ÉXTASIS 115
V ANDANTE 151

 


A ti



que te piensas estrella



y sólo eres

      

luciérnaga...
 




I




O L V I D A N T E
 
 
PRELUDIO

Cada cuerpo abrazado es una ausencia
nacida entre el límite del alba,
perpetuada en agonías de ensueños
y vertida tras la red de una añoranza...

Cada beso orgasmado es una angustia
diluida en los fuegos que la rasgan,
ahogada en el torrente que la inunda
y hundida en cada sed que la reencarna...

Cada rostro poseso es un delirio
surgido de una aurora fragmentada,
moldeado en la penumbra de un eclipse
y en la árida inquietud de tanta audacia..

Cada paso colmado es un nocturno
asilado en los sexos fugitivos,
cansado en su mover de coito incierto
y hastiado muerto de su hazaña en vivo
para nada...

¡Oh voz callada de las huellas rotas,
tan ardua pregonera del esperma!

¡Oh núbil propulsor de los arrojos
que de espinas innovadas ornamentas!

¡Oh llama carne de la piel dialéctica,
confundida en la búsqueda sin fin...!
 
DESCENSO

En esta noche olvidante,
desnudo de palabras
y de incendios,
sólo escucho el trayecto de mi sangre
reclinarse en la margen del silencio.
En esta noche olvidando...
mirando viajar estrellas y galaxias escaparse,
el corazón se me amagia
y encantándose presagia
los momentos cabalgantes en el viento
que se marcha...
En esta noche olvidado,
de oscuridades inmerso
como si un eco baldío lo alucinara de ayeres
que se han quedado tendidos
en su ataúd de recuerdos
sin lirios depredadores
ni cirios desveladores
ni rumores...
desgajado,
convertido en pensamientos que volaron...
sentimientos...
me siembro solo de sombras
que callaron
para agrandar los misterios
a mis ojos que se ciegan
firmamentos
sin tormentos
ni recuentos
y me acompañan silentes
el descenso
a las regiones ahumantes
de otro tiempo...
 
ALTAVOZ

Te vi nacer de una silueta en ascuas
tras la penumbra de la masa en busca,
como el encuentro que jamás se aguarda,
mas se descubre en un abrir de mar...

Te vi brotar de tanta espuma a cuestas
con la mirada de tu red tendida
como el sollozo que por fin se alcanza
cuando se rompe la balanza risa
de un cantar.

Te vi surgir de entre la arena asidua
como promesa de encantar sirenas
y yo no pude encadenar mi cuerpo
a los suspiros de mi nave muerta.
Te vi soñar en altavoz secreta
y aunar al grito tu silencio prófugo,
mientras tu piel contra mi piel vencida
inventaba la historieta muda
de mi agonía...
 
LUJURIA

Me recibiste en la caverna oscura de tu carne
fría
como quien deja los oficios arduos
de sus endechas
para explorar lo que se siente al golpe
de su pregunta intacta,
virgen a medias.

Y obseso de ti,
endemoniado,
imprevista locura del oráculo,
gasté la mirra y los inciensos vanos;
quemé la estrella del desierto en oro;
rompí cadenas que me habían domado
y di la luz a tu aventura en guardia
—antorcha—
para mostrarte el viento...

Mas al retorno de tu noche densa
—¡Urbe tubular de la lujuria!—
te empecinaste en tu martirio necio:
ciudad serena...
ángeles en las esquinas,
soplos de nieve...
ámbito de las alturas...
insulto báquico...
y sucumbiste,
víctima del miedo a tanta llama
—tu propio infierno—
que pregonaba ya el secreto
de tu leonina garra
 
SIETE

Cuando tus labios me lanzaron al vacío,
Edipo,
por no hallarse conversos en los míos,
Esfinge,
sentí el disfraz de tu secreto a gritos,
Yocasta,
tras el odio doliente de la espada,
Layo
Y en la queja coral de mi silencio,
Antígona,
te arranqué de mi luz anochecida,
Polinice,
para quedarme con mi imperio en sombras,
Eteocles,
y cumplir la profecía del siete...
 
 
NO ERAS…

No eras lo que prometía el arpegio
cuando unimos nuestras melodías
y ni siquiera a perpetuarse entre mis notas
pudo lograr tu cobardía de fuga...
y en el fracaso de nuestros acordes
se quedó inconclusa la esperanza
de fusionar nuestras armonías.

No eras lo que prometía el alegro
en el presagio de nuestra arpa rota
—creciente vocación de incendio—
pues solamente se quedó esbozado
en la constante de los deseos...

No eras lo que prometía el andante,
—corazón agrietado entre palomas—
sino sólo un paso más desvanecido
en la busca heroica
de mi sinfonía...
 
CONTEMPLA

Contempla el rosedal de mi zozobra
–equinoccio de banderas mustias—
marchitarse ante el recuerdo milenario
de tu cuerpo,
tan mío... como mi esperma al viento...
águila montada en las espinas
tramadas por serpientes risotadas
y vencida...

Contempla desflorarse en mi mirada
tu boca en agonía,
tan tuya... como una afrenta a cuestas...
cruz despedazada en atavismos,
abismos trazados por tu orgullo
subversivo...
Contempla el rosedal de mi esperanza
trashumarme a regiones olvidantes
donde al paso de mis mares fatigados
con callados esperares,
mi silencio de vacío
es aroma de anhelante.

Contempla...
tú...
que sólo a ti te ves,
espejo efímero...
 
MÍRAME

Mira mi altivez de estatua
sucumbir como fuego pisoteado
que no ha sido avivado con el soplo
de un aliento
y despojado de mármol
estremecer mi mutismo
ante la silueta en marcha
de tu pequeñez.

Mira mi soberbia en alto
abanderarme mentiras que te gritan
nada siento
y acrecentar pedestales
que te impidan mis inciensos.

Mírame…
sin lágrimas,
disuelto en los delirios
que no tomaron cauce
en el caudal de mis torrentes
y mis sueños.

Mírame sin faz,
masacrado,
cubierto de ausencias
y desamor.

Mírame...
 
IMAGEN

Dibujando mi añoranza entre tu cuerpo
cada línea de tu carne transmutaba
y el espacio de tu risa cabellera
se hilvanaba con el aire de tu nave
que me era...

Y esbozaba mis veranos
acordándome a tus playas,
consonándome a tu vientre
y a tus trópicos...
llamas que nos incendiaban.

Y modelaba tus huertos
con mis trigales
para resembrar con alas
tus cantares...
guitarra de tres pisadas.
—Caracola—

Mas el pincel engañado
por la boca que lo anclaba
se rompió de fantasías
y nada quedó de ti,
solamente el recuerdo desgranado
de una imagen imprecisa
que sucumbió tras el llanto
que la borraba
al reclinarse mis ojos
sobre tu mancha
que impasible me agrietaba
los panoramas suicidas
de mi abandono...
 
CARETA

Como el eco triste de una noche euforia
me enredé a tu sombra
—laberinto mínimo—
con la hoguera tímida
de mi luz...
y al candente roce de un errante aroma
se extendió silente la careta ahumada
de tu sed...

Y al arder el velo
que cubría tu enigma
desnudé el mudismo
de tu voz
y comprendí la ausencia...
y las palabras clave
y descubrí lo efímero de tus ardicias frías
en los harapos de tu verdad...
 
ANTIFAZ

Herido de una muerte tan altiva
rodó en el bosque tu antifaz
de ópera bufa
y el carnaval de tu figura triste
dejó al desnudo tus andanzas
prostitutas...

Y vi tus ojos panfletarios revolcarse
en medio de violencias disfrazadas
con otros cuerpos proletarios en ascenso
y lumpen...

Y oí tus voces exhibirse en auditorios
que de lástima callaban sus soberbias,
mientras tus manos recibían el pago
por mostrar tanta miseria...

Y descubrí tu rebelión alterna
según el turno de tu boca en venta...
 
MITO

No eras para mi mundo florido
de lucideces ubérrimo,
pues ni acaso a fundirse en mis océanos
alcanzaron tus tinieblas rústicas
y te borraste del llanto
como un desierto en la selva.

No eras para mi camino vasto,
cisne cegante de resplandores,
porque tus pasos de hierba
traicionaron apariencias
y la dejaron al caos
de tu egoísta quimera.

No eras para mi rincón alado
de moléculas cantoras,
porque tu grito impostura
se extinguió en las oquedades
de tu aventura...
—libelo promotor de vanidades—

No eras más que una pupila abierta
a su hambre rapaz de hacerse mito...
 
TEMBLORES

Porque te hablé sin palabras
—sacrilegio en poesía—
para no hollar más la herida
que te suplicaba…
—agonía...—
te arranqué las palabras de mis labios
y las redes de mi espera
y las alas de mis vuelos
y las flores de mis pianos.

Porque entendí los temores
de tu cobardía,
—herida de sol—
materna esclavitud de tu refugio,
borrachera disfrazada socialista
harpía...
te dejé fluir,
como corriente que eras...
y no mar.

Porque atiné a descifrarte
te dejé partir...
 
MARENAICO

Al encuadre lacrimario
de una toma oscurecida
se velaron las siluetas
en el polvo
y las promesas borradas
en las filminas grisáceas
sólo fueron transparencias
del vacío...

Y el relámpago frustrado
se escondió entre la linterna
como el despojo de un mundo
que no pudo hacerse eterno.

Y al desaliento fotógrafo
se le nublaron los soles
para engendrar en sus cielos
temporales sin tormentas...
resaca muda de la piel hendida,
marenaicos tonos de la soledad...
 
VOLANTE

Con el paso pétreo de tus lejanías
se doblegó mi corazón hoguera
y el humus de tus campos labrantíos
se fue tornando languidez de flama
que se enceniza
para rehacerse urbana,
vengadora Electra.

Y a más distancia en movimiento ilímite,
—Eolos en auto—
sentí tu escombro acumular derrumbes.

Tras del silencio, el mar...
la barca...
Distante tú.
Yo tan caído..
y en pie...

la marcha...

Fedra al acecho.

Hipólito al volante...

como quien huye
y yace anclado...

en crucifijos...
 
HUMO

Ayer que contemplé tu osamenta descarnada,
tirada al cuervo y a los buitres comiteros,
sentí la pena de tu efigie al viento...
desfigurada...
y ya no me estremecieron los recuerdos
al vaivén de campanarios agoreros
ni tu imagen astillada en sepultura...
a tu altura.

Mis nardas palomas escaparon,
sin mesura,
de todas tus regiones humo
inconcebibles en mi sencillez de ave.

Y ya no me desgarró el alejamiento
al mirar tus esquirlas en reposo
y solitario...
me vi mezclado en horizontes ecos
sin que mis labios naufragaran ayes.

Lápida abordé la ultranza
nutriéndome de realidad funérea
y te inhumé
sin paroxismos...
pues fluyendo por la vida entre apariencias
aprendí
—campesino cinegeta—
a brotarme en pedregales.
 
EFIGIE

Y ahora aquí...
transformado en incienso,
al fin
transfigurado,
puedo adentrarme en los castillos plúvicos
de mi silueta
como guijarro carcomido por el viento
que lo humilla,
arrastrado por las ondas de los ríos,
desprovisto de ufanías,
nublado de tristezas y nostalgias
por no sé qué días,
por no sé qué aromas,
por no sé qué sueños prometidos
y soñados.

Aquí...
contagiado de tiempo
pensando en las lides ancestrales
de mi historia silenciada
que agrietaron concretos cementados
en su irradiar de vuelos
y la hendieron de vacíos.

Aquí...
con armonías de estatua derruida,
expectante del final de un sueño
para darle principio a los eternos,
marchito de presencias
declinante y ascendente
olvidante de recuerdos
y en recuerdos sumergido,
me asilo en los orígenes quemados
de mi naciente olvido.




II




A U S E N C I A
 
 
PRELUDIO

Cada vez que suspiro me invade
y se agita el misterio en mi cuerpo,
se acrecienta la angustia vencida
por hallar lo faltante y eterno.

Cada vez que se adornan mis alas
de altitudes y giros de espacio,
se infinita mi triste tristeza
y aunque quiero gritar sólo callo.

No me cabe en el alma esta ausencia,
¡ay dolor, dolor doliente!
¿Por qué cuando te busco no te encuentro?
¿Por qué cuando te encuentro te me pierdes?

Cada vez que un suspiro me invade
y se agita el misterio en mi cuerpo,
me nostalgio por algo perdido
que aún me late y pregona sus ecos.
 
RESPUESTA

Qué tristeza estará ahogándote el silencio
o qué llanto inundándote de muertos...

Qué sonrisa estará haciéndote jazmines
o qué risa floreciéndote de cuerpos...

Qué mirada vestirá tus sueños de alba
o qué viento se entrará en tus fuegos tímidos...

Qué manos surcarán tu primavera
o qué labios temblarán junto a tu aliento...

Qué cielos ofrecidos te harán noche
o qué aromas romperán la estatua frígida...

Qué enigma se estará velando en luces
o qué tumba cavará el olvido hipócrita...

Que si el árbol,
que si el monte,
que si el cuarto solar del universo
enmudecen la respuesta que no digo,
mas presiento...
 
ESENCIA

Mi esencia de tristeza es la añoranza
que rueda sus llantos en mis calles
y baña con sus músicas resacas
cada lánguida canción de mi floresta,
amoresca...

Mi esencia de añoranza es la tristeza
que brota por inercias imprecisas
y llora por hallazgos escondidos
en la incógnita girante de mis vuelos,
amoresca...

Mi esencia de tristeza es la añoranza
que grita su prisión entre mutismos
y oprime su neblina en extravíos,
antiguos encuentros de la sierpe,
amoresca...

Mi esencia de añoranza es la tristeza
que cavaron en la noche de mi origen
y hundieron al principio los vacíos
transformados en nostalgia de mis ojos,
amoresca...

Mi esencia de tristeza es la añoranza
latente en el recuerdo del hastío,
amoresca...

Mi esencia de añoranza es la tristeza,
ausencia sin final de los inicios...
amoresca,
amoresca,
amoresca...
 
INFINITIVITUD

Sentir la sed crujir entre los labios
y ahogarse distante de las aguas
callar un sueño tras vestirlo a voces
y una mano dormirse entre los puños;
mirar el fuego devorar incendios
y el ramaje aquietarse sin un llanto;
gritar silencios en la euforia rota
y detener la flor por no decir implora;
nacerse viento al desnudar alturas
y ver morir las cercanías del mapa;
saber vencer las solideces muertas
y combatir en la penumbra alcoba;
desear la luz entre las sombras idas
y ver el sol sin recorrer mañanas;
caer en el ascenso a cuestas
y caminar sin dar un paso al hombro;
romper votivas a la oscuridad medrosa
y ser la nada para construir el todo...
Infinitivos secos, perdidos de tiempo,
sin tiempo
—Prometeos—
sin fusionarse al horizonte llama
de un vocablo por oírse
y una hazaña sepultada entre la nieve,
cadena triste la de dar el fuego.
 
COITO

Soledad de muchedumbre asida
en las sombras inasibles de una entrega
donde temen los abismos la esperanza
de encontrar su sepultura enhiesta.

Desgastada indagación de manos
en los nidos insensibles de las bocas,
resaca de los cuerpos encendidos
urdiendo sus cenizas rotas.

Arcón repleto de vacíos en lucha
sintiendo su nostalgia de humo
fundida a las raíces huecas
de su largo palpitar desnudo.

Combate fútil de furores secos,
hilos quebrados por alfombras frías;
vencidos cabalgantes de los llantos
que se duelen de su insancta misa.

Fuego sin fin a su ardorosa llama,
intacta carne de arrogancia núbil;
sangrante sed que se derrumba sobria
y esperma muerto y coito inútil...
 
NOCTURNAL

En la oquedad de esta noche fluvial
contemplo mi sombra lloviznada
despeñarse entre los aires que me agitan
los ensueños
de mi florecer solar...
como fuego apagado de sus lavas,
como paso sin huella que lo canse,
como fruto derribado que se pudre
entre los bullicios tristes
de una luciérnaga muerta.

¡Cuántas horas extraviadas!
¡Cuántas luces confundidas!
¡Cuántas risas devastadas!
¡Cuántos sueños devorados!
¡Cuántos oleajes perdidos
en mi constancia de sol,
desecados por el tiempo
en su pugna con la niebla
y en un rincón...

¡Ay mi sombra en pena!
Risotada.
Antigualla de castillo en venta.
Carcajada.
Acumulada de intentos.
Burlada.
Desprovista en esta farsa nocturnal
de su amántica estructura.
¡Mascarada!
¡Masacrada!
 
FANALES

¡Qué vacuidad de máquina egoísta,
insensible a los esfuerzos de ternura
que golpearon martillos inclementes
el brillo y la tersura!

¡Qué asfalto recorrido y largo
sin dolor ni risa erguido
bajo los rayos de un solar infierno
desvencijado a fuegos!

¡Qué absurdo en llantas!
¡Qué despojos oxidados!
Arenales de desiertos rojos
que corrieron al encuentro de sus lágrimas
fanales
y callaron!

¡Qué altiva ferreidad enmohecida
gritando en ecos cada ayer desnudo…
moteles fálicos,
hoteles púbicos,
y ahora en polvo...
falleciendo mudo!
 
RED

Ausencia, tatuaje de mi carne,
te enyedras a mi pensamiento
sin distancias
y flotante conformas mis estepas
infragantes
para asfixiarme en tus horas
de paralítica...

Ausencia, ramera de mi piel,
deshojas mi tronco abandonado,
ya sin savia,
y confundes el peso de mis leños
con tus pasos que infinitan
mis desiertos...

Ausencia, tumulto de mis grietas,
erosionas mis impulsos jardineros,
sin esteros
y consumes mis telares en la rueca
deshilando tus mitos arenales,
como sauce...

Ausencia, cancerbera de mis sentidos,
cuándo dejarás de ser vorágine
de mi sed,
Aqueronte de mi pregunta,
red de mis alas,
suma de audacias inconclusas,
trayecto sin epílogo
y morirás...
como la vida.
 
VASTAS

Locura cadenciosa de mis valles
fluye en tempestades tu zozobra
y tiras en mis ansias humilladas
la mustia lasitud de mis intentos...
instantes barrenados por decretos
que se infieren de presagios extraviados
en mis huellas...
épocas pretéritas de inciensos
y de sendas...

Locura sosegada de mis cauces
me has dejado sin aromas en la flora
de mis días
y ya sin frondas
deshojaste en primavera mis ramajes
sin haber fructificado a la esperanza
de mis huertos...

Locura comprimida en el aborto
de palabras vastas
y pensamientos tímidos...
renueva mi erección a muchedumbres,
libérame de arcángeles misiles
y dame el rudimento de otras alas
que me vuelen...
sin tenerme...
detenerme...
contenerme...
retenerme...
sostenerme...
inerme...
 
ANCESTRALES

Los cuerpos renacen su tristeza
cuando llega la noche y están solos.
Quisieran remontarse a los recintos
de un paraje sensorial,
mas no pueden en su ahínco...
sofocado en sus entrañas
y perecen en su lánguida contienda
por hallar el final de sus caminos...

Y se impregnan de tristezas ancestrales
cuando el grito enmudece sus escombros
y apacigua los ritmos que se escapan
sin abrir las salidas a sus flamas...

Solamente consuela sus nostalgias
la promesa de bullir en fantasías
nacidas de sueños que se viven
hasta el linde callado de las albas
que han de hacerlos florecer a su añoranza
o seguir en su duelo que no acaba...
 
ESCALERAS

Sentado al borde de la soledad,
solo y sin ella,
miro la puerta oscura que no se abre,
cerrada a la esperanza de unos ojos
que me desvistan la melancolía
y desnudado,
aparezca el tatuaje de mi risa nueva
bajo la aurora de una mano iluminada
conturbándome la ausencia.

Sentado al centro de mi casa emparedada,
cubierto de un verdor tan postergado,
reposo el alarido,
lavo la afrenta,
exprimo el llanto
y aguardo el alba de las cadencias...

Sostenido por el muro que me oculta
y me levanta,
duermo...
final del velo...
y asciendo...
escaleras de humo...
sin sueños
entre una vaina que me recobra
al paraíso...
 
HUMEDAS

Llueven granizos en mi espera socavada
durante el llanto de una tarde larga
y anclado en la ausencia que me hierve
me desangro en los huecos de mis llagas.

Distante del sol me enoscurezco
y tiro los remos sentimientos...
y a golpes mi barcaza rota
ahoga los motines de mi carne,
los disturbios de la mente
y los naufraga.

Turbulencias de las anchas aguas
me envuelven soledades húmedas,
mas yo subsisto
y tajo en torbellinos de brazadas
los tiempos acuanautas...
séptimo Simbad salvado.
 
FUERON

¿Qué cómo era mi voz?
Ya no me acuerdo...
Sólo sé que la cambié por la que tengo
y aquella que tenía,
se quedó como un ensueño
que no tuvo la ocasión
de estar despierto
al nuevo día...

¿Qué cómo era mi boca?
No recuerdo.
Quizá semejante a la sonrisa
del invierno
que se fue muy abrigado en la esperanza
de ser fuego.
¿Y mis palabras?
No, no acierto a responder qué fueron.
De tanto pronunciarlas se murieron
y perdieron los caminos...
que me hicieron...
olvidarlas.

¿Mi voz, mi boca, mis palabras?
Qué importa saber si perecieron.
El poeta no pregunta.
Sobre de ellas aún existo
y vibro
y siento...
Vivo.
 
GENERANTE

Tal vez no fue el silencio de su mundo
el generante de mi ausencia,
sino yo mismo que no quise,
ilusa sombra,
conmutarme en la común euforia
de su niebla...

Tal vez no fue la fatigante espera
ni el desencanto de mi audacia oscura,
sino las formas pedernarias,
cumbres volcánicas,
de mis desérticos orígenes.

Tal vez no fue ni mi altivez de oprobio
ni mi humildad de cima,
sino yo mismo el sofocante
de su fulgor...
 
SER

Yo que he deseado ser alba,
tensa neblina me vi
y en la constante agonía
de mi búsqueda ocluí
desangrándome al recuerdo
de la esencia que fundí.

Yo que he deseado ser fuego
sólo de sombras me orlé
y los efluvios del sol
con nocturnos marchité
nublando las travesías
que con mis pasos ahogué.

Yo que he deseado ser canto
y luz y árbol y mar...
triste vine a conformarme triste
en ser intento de amor...
 
ES

No es tristeza lo que siento,
es honda desolación
por los deseos prometidos
que nunca abrirán en flor.

Es el vacío que se impulsa
a la escondida región
donde pueda reencontrar
lo que mi mundo perdió.

Es el anhelo labrante
por impregnarme de sol
y por forjar en mis sueños
lo que en mí no se plasmó.

No es tristeza lo que siento,
es honda consolación
por lo que hubiera querido
y no pude tener yo.
 
NARDOS

Sobre un arcón de silencio
pondré las horas calladas
y en un rincón de algún libro
la llama que se dilata.

Una alta estrella encendida
guiará mis sueños de limo
y las alfombras del día
se dormirán entre lirios

Un gato en luna estampado
ronroneará mi nostalgia
y aromas de luz y sombras
continuarán la cantata.

Inmersa entre las guitarras
de soles, valles y llantos
mi voz romperá su sábana
para escapar de los cardos.

Y en un aire de infinito,
sin labios, fuegos ni cantos,
acurrucaré mi mundo
sobre una aurora de nardos...






III





L U M Í N I C A
 
 
PRELUDIO

En busca de un encuentro promisorio
renovador de las andanzas muertas,
me aventuré hasta la región del sueño
para curar mi soledad perpetua.

Y mezclado entre matices verdecinos
iluminé mis desiertos con trigales,
escalé los horizontes escondidos
y descifré los horóscopos brutales.

Miré las espaldas doblegadas,
sentí las miradas oprimidas
y deshilando tanto laberinto
abrí los ojos por fin ante la vida.

En busca del indicio labrantío,
doblegando los abismos y los aires,
ascendí hasta las volutas esplendores
y me abrasé con su silueta de ave.
 
APARICION

Confundidos de tinieblas
—Telémacos cobardes—
aguardaban tu retorno
mis ojos temporales…

Y al deshoje de los siglos,
extraviados entre sueños,
se fatigó mi proyecto
de adivinar tu silueta
—Dédalo asesino—
como en el primario génesis
de nuestros encuentros...

Y mis labios fatigados
en mi rostro minotauro
sollozaron la esperanza
de tu aparición solar...
 
ALAS

Vagando en mis paisajes interiores
—Ícaro oprimido—
descubrí los parajes de mi aurora
donde triste mi seca primavera
despojada se hallaba de su aroma
y hundido en el olvido de mi olvido
—corredores sin fin—
derretí la frialdad de las murallas
y en ardores sumergido
fecundé las estepas de su alcoba…

Y las puertas abrieron sus verdores
y un soplo me lanzó sobre otras eras...
pretérita pujanza de mis naves
que volvían
propulsando trayectorias
entre voces aisladas de sirenas,
desplegando velas,
desanclando inercias,
para cubrir de bullicios
sus galaxias recobradas.

Y volando en los espacios siderales
distante de los nombres esfumados,
lumínicos fulgores me brotaron...

Me vi sobre el viento pirotecnia
de luz multiplicado
y de algarabías
y de libertades...
—alas internas—
linternas.
 
LÁNGUIDA

Miré sollozar el alba
en matices de rocío
y enamorando mañanas
me aproximé hasta sus lares
para vestirla de besos…

Y desmayada de nubes,
en floraciones de luces,
miré impregnarse de azules
sus anochecidos ojos...

Y la lánguida mirada
que la diluía,
recuperó su fragancia...
y me iluminó.
 
 
ASÍ

Huirse como el viento
envuelto entre la nada
sin sollozar los antes
ni naufragar la balsa.

Irse como los sueños
sin aspirar al agua
ni continuar el nado
de las palabras.

Verse tras de las sombras
sin una lágrima
quitando escombros
que te estorbaban.

Sentirse aquí,
como olvidado...
Sin ver a nadie
pero mirando.

Vencerse así
sobre las ruinas
y a fuerza de ellas,
nacer la vida.
 
CELDA

Encadenado a mí,
libre de todos...
prisionero al sol
me incendio
y entre mis llamas
redescubro el límite de mi estructura
para quemarla con mi sed vencida
y transformada
suspenderla al viento
desparramando sus cenizas
sobre el recuerdo.

Encadenado a mí,
preso de mi libertad...
me reconstruyo al día
de la noche muerta
y entre las rejas
de mi eterna celda
—otra vez Osiris—
me envuelvo en luz
para volar tan alto
como el pulso solar
que me libera...
 
ETERNO

Envuelto en mi corazón
nacido ha un suspiro inquieto
aguardando entre mutismos
su fuga de ensoñaciones...

Y al reencarnarse en deseos
que transitan en mis ruinas
va acrecentando los días
con el pregón de su anhelo.

Envuelto en mi corazón
palpita un suspiro inmenso
que desnudo frente al sol
se va vistiendo de cielos,
y adornando con elíxir
los extractos de su fuego.
Envuelto en mi corazón
florece un suspiro eterno...
 
PRESENCIA

Adentrándose en silencio...
eclosionando promesas
como preludio de ramas
que pronto han de hacerse selvas,
fue surcando los despojos
de mi abandonada huerta
y carcomiendo la angustia
que devoraba mi espera
me acrecentó tantas luces
que vencí toda ceguera
y me fundí a su presencia...

Fuimos los dos sólo el uno
que multiplica su esencia
y asegurando cerrojos
nos quedamos a la puerta
en tanta llama inflamados
que evaporamos las aguas
y las tierras y los aires...

Triunfo del fuego que mueve
hasta las rocas más quietas.
 
INSÓLITA

No era la siempremuerta
semejante a las tinieblas…
envuelta en humos que aspiran
a cabalgar las estrellas.

Tampoco la advenediza
ambición de la soberbia
que al poco vuelo se agota
despojada de su cera.

Era la cadencia insólita
de un colapso en himeneo
por germinar sendas cósmicas
y terminar los conteos...

Era el panorama asiduo
de los bullicios astrónomos
al contacto de la Andrómeda
que les construye coloquios...
 
CAUDAL

Cesaron las voces arenarias
de los ríos...
de los ríos que meandraron mis parajes
subterráneos...
subterráneos ecos solitarios
solitarios de sus brisas murmurantes...
murmurantes...

Renace otra vez la primavera
de los sueños
de los sueños que siembran los trigales
en mis huertos
en mis huertos espigados de alegrías
alegrías con la esperanza
del sol...
Se agota el caudal de las ausencias
y mueren de sed las añoranzas...
Las flamas vorágines me quiebran
y empieza la creación de un mundo nuevo...
 
OTRO

En mis noches subrepticias
y en mis días acartonados...
en mis sombras estrategas
y en mis luces opresivas
he palpado la existencia guerrillera
de otro mundo en proceso concebido
por obra de los hombres que han soñado
diferente a las ortigas
sin venganzas demagogas
ni miserias sicalípticas,
sin lamentos altaneros
ni delirios panfletarios;
sin oprobios militares
ni soberbias comerciales;
sin envidias terapéuticas
ni egoísmos usureros.

He sentido el latir de otro universo
sin fangos subastados
ni cadenas disfrazadas;
sin encantos mentirosos
ni milagros tesoreros;
emanado del esfuerzo colectivo;
surgido en la verdad de otra razón...

Otro mundo de la lucha unida
con los cuerpos contrarios fusionados,
cimentados en el cambio consecuente
del amor...
hecho otro amor...
 
ELEMENTO

Otro yo conocí en el firmamento
donde coitan las galaxias comunales;
donde nacen los arribos espirales
y se brotan en florido movimiento.

Otro yo que es un yo tan complemento
como acaso puedan ser los manantiales,
los espacios, los planetas, los maizales,
las fogatas, las penumbras y hasta el viento.

Y al mirarme en el cuerpo colectivo
donde cada contrario es un cimiento
del mutante proceso siempre activo,
comprendí que aquel muerto fugitivo
era causa de mi estúpido tormento.
Entonces vislumbré la nueva vida...
cuando sólo se erija el pensamiento
de que somos del todo un elemento
y el esfuerzo conjunto, marcha unida.
 
QUÉ

¿Qué es esto que diluye mis caudales
y me impregna de lumínicas saudades?

¿Es aroma escapado de mis frondas
o es cansancio vagante de mis ondas?

¿Qué es esto que en mi mente fertiliza
el mustio follaje que la adorna?

¿Será mi florecer de espera
o mi renacer de sombra?

¿Será mi pregonar de espiga
o mi navegar de ola?

¿Qué es esto que infinita mi alegría
y la nutre de horizontes y de proas?

¿Qué es esto que estremece mis desiertos
y sobre ellos se yergue de laureles?

¿Qué es esto que me torna ensueño,
y me inflama ardiente,
atenuando ausencias,
pareciendo amor...?
 
EFLUVIO

A cada palpitar de mis nostalgias
se me derrama el corazón de nácar
y surcan sus luces en acordes
de músicas floridas y aeronautas
el cauce inagotable de mi alma.

Es un claro germinar colores
que acrecientan senderos ufanías
donde vagan las nacientes ansias
que fermentan alegrías.

Es aquello que murió en mis extravíos
y que hoy en mis huertos se renace
como efluvio que se abraza a la mañana
y la convierte en llama...
presolar.
 
 
PREGONANTE

Mi corazón,
trashumante peregrino de las sombras,
verberante de quimeras,
se dirige a las sendas fugitivas
donde esparcen sus siluetas las oscuras
y en cantos se sublima.

Mi corazón,
aéreo,
olvidado de fracasos y tristezas,
nutrido en la cadencia que no muere
a pesar de la muerte que devora
y consume los instantes de sus rondas,
vuelve a derramarse en flores
y se ilumina…
Mi corazón,
a pleno cielo,
amoroso vuela,
mensajero de esperanzas,
pregonante de un amor...
 
SUBLIMANTE

Como entre sueños diluidos donde habitan
las audacias sin fronteras
de otras épocas,
así he vuelto a contemplar la aurora
con que muere
la noche desnuda y agotada
de mi arena.

Al volver al olvidado escombro
del vacío
donde sólo las cenizas de un intento
permanecen,
se reavivan los furores consumidos
y me encamino sublimante
a la región infinita de mis sueños,
donde hay algo que me llama
y me ilumina...
y me muestra sus aromas
y me aguarda,
como quien ama...
 
MATICES

Una voz clara a tu mundo
dirá
que la luz que tú quieres
pronto llegará
inundando con soles
tus sueños de amor
y en su canto otra vida
traerá.

Con la esperanza tu ser
vestirá
y las hojas que el frío
un día ultrajó,
volverán a los huertos
de risas en flor
y un otoño sereno
verás.
Una voz clara
como agua del mar
que en su oleaja la brisa feliz
formará
dando el fresco a la arena
de tu soledad
y un murmullo marino
tendrás.

Y en sus matices de cielo
sin fin
te dará la alegría desnuda
a tu ser
y tu mente verá otra vez
renacer
la sonrisa marchita
de ayer...





IV





É X T A S I S
 
 
PRELUDIO

Sueño engendrado por mis sueños
y nutrido en los matices de mi ensueño,
desprendido de mis días silentes
y en nocturnas unciones pregonado.

Sueño sin barreras y sin cárceles,
desprovisto de confines y distancias,
diluyente de cansancios y de lágrimas,
caminante peregrino de mis llamas.

Sueño naciente en mi universo,
espiga trashumante de los aires,
propulsor de cadencias visionarias
y volátiles presagios de celajes.

Sueño avivado en mi abandono
con la fuerza de mis alas,
con la euforia de mis fuegos
y el eterno rumor de mi esperanza.

Sueño brotado en mis andanzas de espina,
de flama,
de mar,
de surco,
de sed...

¡Sueño perpetuo de mis sueños!
 
ARMONÍAS

Aguardando tu presencia de fuego
transcurrían las cenizas del origen
y en la noche de tu ausencia
transmutaba mi oquedad de incienso
para llamarte con mis ojos,
para palparte con mis labios,
para sentirte con mi aliento
y consumirme en tu espera...

¡Oh! Fecundante tormento
que arribaste a mis paisajes
transformando mi arrebato
en movimientos tictaicos
que germina el corazón,
has llegado hasta mis valles
para culminar la estatua
que edificaba la soledad
y modelar las violencias
de sus veranos sin flor.

Aguardando tu presencia de armonías,
te descubrí...
 
RITORNELO

Y sin verlo lo vi
avivando mis fuegos,
transformando mis ansias
en esencias de flor.
Y acerquéme a su cuerpo
destellante de aromas
y al oírme en su risa
y al mirarme en su voz
diluyóse mi carne
en su flama solar.

Entre nieblas y espumas
se volvía manantial
y esparciendo sus brisas
renacía claridad.
Era amor sin formas,
hecho sólo de fulgor
y al vaivén de su andanza
más le seguía yo.

Era amor Proteo,
refulgente sol,
desgranar obrero
y cantar de hoz.

Era amor mutante,
amoresco amor,
ritornelo enigma
de mi corazón.
 
AMANTE

Desprovista de cuerpo
se ha escapado la mente

—Pandora loca—

y en lumínico brote
ha quedado suspensa
en el ancho proceso
de su arcón violentado.

No percibe materias...



ni pregona deseos.
Entre luces cegada


sólo escucha sonriente


el amante suplicio


de mi corazón.
 
SED

Las flamas de este amor que me devora
irrumpen los impulsos insensibles
y alejan los bullicios egoístas
al silencio
acotando a mi potencia cibernética
ensueños que divagan sus misterios
y me tornan sin ser ave…
vuelo—nauta—
y me cambian sin ser fuego,
luces—pira—
y me vuelven sin ser hoja,
savia—árbol—
y me altivan sin ser nota,
canto—sinfonía—

Las flamas de este amor que me devora
prorrumpen las atmósferas secretas
y aumentan la insólita floresta
de una sed...
una sed que me acrecienta…
me rebasa…
se me expande en dulce hoguera…
una sed de ser en todos
la sed que nos avanza…
sed infinita de galaxias.
 
FLORIDO

En esta mi agonía de sueños
remuriendo vivo
y la verde pujanza de mis huertos
se agiganta.

Y siento mi cuerpo eternizarse
a tal distancia,
—narciso ahogado—
que nada queda de mi carne mortecina,
agua de un día...
sólo la tibia sensación,
jade florido,
de ser inmenso...
 
 
CONTORNO

Pirotecnia de soles derramados
estallan sus orgasmos en mis valles
y mi mente extraviada de sus celdas
se vuelve ensoñaciones nacaradas.

Ya no hay mundo sin confines ni distancias
ni fragmentos de cadenas que deslumbren,
sólo imágenes, fragancias y siluetas;
y entornos de tersuras sobre luces.

Diluido en lo sensorio de mis nieblas
me estremezco y me colmo de presencias
lánguidas y ubérrimas,
—Hipólitos y Dafnis—
tristes y lumínicas,
—Hismenes y Julietas—
que me palpan y me enllaman con el humo
de sus brazos...
y me imploran con la bruma de su rostros...

Una fuerza inconocida me seduce
y flotante va dejando mi contorno
hasta agotar mi pregonar sensible
y consumirse en infinitas brasas.
 
UNIVERSOS

Tránsito de luces y de sombras
girando en mis celajes desnudados
contemplo en proyección interna
del final y del principio...
—arco—
y mi nave derretida entre fricciones
se expande en un mundo sin matices
donde sólo divagan las siluetas
de un deseo sin realidades.

Y circulo en incesantes universos
como exhausto perdido de sus rumbos,
extraviado en las inercias anclas
que de claros y de oscuros me deslumbran.

Choque de mi propia vida
revivida con mi muerte

Y amor que me extiende como humo
y me disuelve...
 
PRESENCIA

No hay zozobra en los silencios
de mis íntimos espacios
—laberinto sideral—
ni se agitan los recuerdos
de mis génesis fracasos
—emoción nuclear—

Nada gira en los contornos
de mi cosmos renovado
ni el aliento del olvido
ni el delirio del antaño...
solamente la cadencia reencontrada
de no ser presencia
sino fantasía...
 
 
SIGLOS

En la media luna de tus tierras fértiles
sembraré el aroma de mis ansias
y la nostalgia vasta de mi tristeza
surcará fecundante las brisas
de tus noches húmedas...

Y al cantar de tus cantares
—Sulamita al aire—
florecerás babilonias
que se naveguen en medio
de tus ríos...

Y al florecerte en milagros
los cedros que te exuberan
envolverás tus escombros
con la simiente anhelada
—Ishtar en celo—
por tus vaivenes de siglos...
 
RITMOS

Tomaré tus fragancias de playa
—olas, oleajes, olear...—
para hacer mis ropajes de fuego
—llama, flameante, flamear—
y al sentir tu vehemencia de nácar
—perla, torcaz y coral—
orlaré mi fatiga de rosas
—rozante, rosado, rosal...—

Palparé voluptuoso tus ondas
—volutas, volantes, voladas—
al matiz de tu abrazo soñado
—soñador, soñoliento, sonámbulo—
y agrietado mis huecos sin nombre
—anónimo, antónimo, homónimo...—
dejaré penetrarme tus cantos
—cantores, cantando, cantantes—
y vistiendo tus ritmos callados
—percusiones, alientos y cuerdas—
entre músicas nunca sentidas
—electrón, contrapunto, oquedades—
precipitaré mi cuerpo
—eco—
al desnudo fondo
—cosmos—
de tus sinfonías...
—concierto—
 
FUEGOMAR

Y revolveré tus selvas
devoradoras de mis sentidos
hasta quedarme suspenso,
sujeto a tu luz solar
y atomizada mi tierra
he de agitarla a los vientos
—plumajes de mi penacho—
uniendo el fuego y el mar...
 
 
LÚBRICO

Viviré compenetrándome en tus rondas
—viajero solar—
y en la mórbida entrega de tus luces
—quinto sol—
serás alucinante de mis sombras.

Y te daré mi corazón fogata
para hacer de los calvarios
tus vergeles
y al pacto obrero del martillo incandescente
has de encender mi frigidez de nieve.

Y entraré hasta las cavernas otoñales
para violar sus silencios forajidos
y al hacerles amar las voces rojas,
en el lúbrico eclipse de los cuerpos,
insólito universo forjaremos.
 
MANOS

Cruzaré las mortecinas frondas
con mis hoces alumbradas
y al cantar de los fulgores laborales
las desgranaré en amor...

Romperé las abismales torres
de mi cárcel
y sobre las rejas
labraré otra voz,
construiré otra voz,
construiré otras manos,
fincaré otra sed
para el que sueña en ufanías de barca
y se derrama en flor...
 
 
MOVIMIENTO

Sin novedad en los cielos
donde existen sólo estrellas,
y planetas,
nada más que satélites sin alto
y asteroides anarquistas,
despierto
y descubierto el lenguaje de mis sueños
—tanto sueño—
me doy cuenta de las locas espirales
que nos usan
en comercio.

Sin más certeza que existo
—que aún existo—
porque soy por lo que son lo que no soy
y sin embargo en ellos,
libre y prisionero sin ley fuga,
consciente de que nada es siempre nada
sino todo en movimiento,
acepto la cadena
que me libera.
 
MANANTIAL

Me he nutrido del hechizo
exhalado en su floresta
y palpado en la fragancia
de su voz...

He sembrado mis angustias
de promesas vergeles
y he cubierto mi aroma
con rocíos de miel.

He plasmado en mis tierras,
el fulgor de su risa
y mi cuerpo ha florecido
en armonía trigal.

Hoy vivo enamorado de una flama
que la vehemencia de mi afán persigue
y la diluye entre la euforia triste
de mis ocasos áureos.

Hoy surco otros caminos de esperanza
devorado por magias ancestrales
que convierten mi espíritu enigmático
en bullicio manantial de buen amor...
 
AMÁNTICA

Amántica es mi esencia,
porque nací del amor
y se ha esparcido en mis huertos
su verdor.

Amántica mi palabra
surgida a fuerza de tiempo
con sus impulsos de música
y su compás de universo.

Amántica mi presencia
a pesar de los silencios
que me altivan las entregas
y me frenan los encuentros.

Amántica mi dialéctica
por espigar los intentos
que transformen las miserias
en esplendores de incendios.

Amántica mi nostalgia

y mi realidad...

Amántica mi senda

y mi diafanidad.






V





A N D A N T E . . .
 
 
PRELUDIO

De mis lacerias
nacerán gaviotas,
de mis miserias
brotarán palomas,
de mis tristezas
surgirán sonrisas
y de mi sombra
emergerán aromas.

De mi núbil altivez
contaminada
sólo habré de germinar
vehemencias
por tornar las oscuras
en hogueras
y en flamas
las cenizas olvidadas.

Y de mi esencia desolada
que en un día
naufragó en el arenal
de las ausencias,
habrán de florecer
iluminantes,
respirando inmensidades,
anhelantes de universos,
los nuevos soles...
 
DESNUDEZ

Estoy en mí...
como el árbol en sus hojas,
como el espacio en sus aires,
como el océano en sus aguas,
como el estío en sus calor.

Estoy en mí...
como capullos en sus crisálidas,
como universos en sus galaxias,
como los labios en sus palabras,
como los ojos en sus panoramas
y en sus lágrimas.

Estoy en mí...
firme en mi raíz de roble,
consciente de mi audacia etérea,
inexorable en mis hallazgos amplios
y en mi desnudez volátil.

Estoy en mí...
como el tiempo en sus horas,
como el grito en la angustia,
como el odio en la ira
y en el furor.

Estoy en mí...

Seguro de mi andanza iluminante
y de mis sueños...
 
UNIÓN

En mi cansancio de erosión marina
—estalactita—
se fue agotando mi escultura de era…
y mis cavernas sin oxígenos,
distante los cofres
donde yo guardaba
mis algarabías,
derrumbaron sus museos de estalagmitas.

En sus silentes oquedades yermas
mis grutas borraron inclementes
las estatuas frágiles
—piedras inconexas—
hasta romper los cinceles
de mi fantasía
—lubricismo triste
de vacíos senectos—

Entonces cavó el nido
la arenaria ausencia…

—soledosa huella—

con sus giros lánguidos,
vueltos osadía…

Y rebelde de sumisiones
ante la noche carnaval
quiso colmar mi vacuidad obsesa
con la presencia turbia
—anónima—
de ahogados cuerpos,
pobladores después de mi abandono.
Y tras otra, una a una,
las sombras corrieron por mis fosos desolados
y sin ecos,
buscando recubrir mi hastío
con sus bisuterías...
mas ninguna logró ser tan brillante
como diamante era el baldío
de mis desiertos...

Y sus esquemas sin proyecto
—esbozos de frustrados monumentos—
trashumaron...
huyendo sin joyas de mis pasos,
evitando pedrerías bullicios,
confundiendo los topacios,
sin encontrar los hallazgos prometidos
en su eclosionar de espectros...

Y despojado de trayectos empedrados
quise olvidar mis taladros arquitectos
y remontar mis tristezas
hacia la perpetua espera
de mi esperanza ...

Mas al ahondar en la guarda
de mi encorvado esqueleto
fui descubriendo el enigma
de mis búsquedas intentos,
a vuelta de página,
plumaje de las palabras,
hasta convertir los fangos
de mi carne
—capataz metamorfosis—
en amántica unión
al Universo.

 
COSMOS

Y mi mundo es otro mundo...

No es el mismo que me era...

Hoy es fuego sin ser llama,
es océano sin ser agua,
es nirvana entre deseos
y es molécula cantora
laborando inmensidades.

Es sonrisa de nostalgias.

Es euforias de silencio,
conjunción de los planetas
en eclipse de un solo.
Es mi mundo transmutado
radiaciones de esperanzas
ante la conciencia buena
de la humanidad.

Es mi mundo,
nuevo mundo
trascendente a las tinieblas,
despojado de egoísmos,
renovado en su alegría,
impregnado de infinitos...

Es mi mundo unificado
con los mundos que despiertan
y se activan propulsores
ante el preludio del sol...

Es mi mundo pasajero
promotor de los atisbos
en cantares asombrados
por los cosmos del amor
que ya asoma igualitario
sus banderas colectivas
tras floridos telescopios.

Es mi mundo la aventura...
de ser el que será...
 
 
SEGURO

Vivo en mi
como mi rostro
como mis manos
como mis pasos
y al trayecto de mis sueños
acreciento las fogatas
por vivir lo profundo de mis días,
por ahondar en lo terso de mis noches,
por sembrar en las arenas de mi ausencia,
por clamar en el vacío de mis silencios...

Me presiento vibraciones y osadías.

Se agiganta el trigal de mi ufanía
y me colmo de furores.
Vivo en mí.
Incinerado de vehemencias,
seguro de mi senda cristalina
y de mi aroma.
 
HOY

Como quien descubre un huerto
después de haber vagado solitario
en un desierto
—espejo ahumeante—
hoy lo sé...

Nacimos para ser la aurora
de las oscuras

—inteligencias votivas—
—voluntades guerrilleras—

amorosas
y en las euforias
acrecentar visionarios
de otra vida
—Coatlicue reivindicada—
para construir los lechos
de rosas
—encuentro futuro
del pasado presente—

Triunfo náutico del buen amor...
 
AMOR

Sembraré amor por todas pares,
sembraré amor...
Lo esparciré en las regiones abruptas,
en las voraces y en las escondidas...
en los bosques imposibles
y en las selvas concluidas
como viento a las semillas,
como cielo a las estrellas,
como luz al día
y quizá brotará en alguna época,
epopeya de los sueños,
una voz trabajadora que pregone
el remanso aguardado por las sombras,
logrando en sacrificio mudo.

Sembraré amor por todas partes,
sembraré amor
y tal vez en ignoradas eras
fructificará...
 
FRUTOS

A toda sombra palpitante que me busque
y llegue hasta mis huertos de ufanías
anhelante de mis frutos,
desgranando sonrisas,
como un amanecer,
mis manos le darán en comuniones
el cultivo de mi sed...

Mas si acaso después de sus deleites
en desprecio ingratitud me veo humillado,
detractado y carcomido en mi proeza,
confundida mi labranza con el humo,
continuando sonrisas,
como un atardecer,
mis manos le dirán en vibraciones:
Nada temas,
cuando quieras más frutos de mis sueños
a cortarlos ven.
 
PRESAGIO

En mi lid escondida de ave
me encumbraré con magnitud de cielos
hasta impregnarme de cosmos
y hacer mi nido de soles.

A mis pies se extenderán los mundos
que fraguaron mi fracaso náutico
y mi potencia de alas
se elevará en las miserias
de sus arterias sin luz
para vestirme laureles
con la verdad.

Y a cada instante del vuelo
viviré sin recordar abismos,
elaborando primaveras,
modificando veranos,
socorriendo otoños
enalteciendo inviernos.

Volaré contra vientos temporales
y huracanes
propulsando mis intentos sin fatigas
hasta el hallazgo presagio de mis sueños...
 
ATMÓSFERA

Nada habrá que se oponga a las alturas
de impulsar en su vuelo a las oscuras,
ni podrán los espacios sin edades
calmar mi pregonar de inmensidades.

Nada habrá que transforme mis cadencias
ni destruya mis aromas con violencias.

Ni la calumnia de la horas
ni el deprecio de los vientos
ni el cubículo de cumbres
ni el subrepticio hacemorir
de los microbios...

Nada habrá que decline mi potencia
ni mis osadías de alada ciencia.
Nada agotará mi pujanza de ave
ni mi reestructurada nave.

Ni los altivos desiertos
ni los volubles oleajes
ni el relámpago nocturno
ni el centro sofocante de la atmósfera
y su inercia...
 
FINAL

Infinito seré...
más allá de las noches y los días
más allá de mansiones fugitivas
y rumores...

Infinito…
sobre heridas que me labren
los que ladren...
sobre escorias que desgarren
quienes tengan mi carne transitoria.

Infinito seré...
sin que apaguen las llamas que agigantan
mis inciensos...
sin que puedan derruir los gritos
de sus máscaras informes
—espantajos—
mi cosecha de alas.

Infinito...

De amor floreceré,
como relámpago,
para edificar sonrisas,
para devastar soberbias,
para cimentar el mundo...
sin final...
 
RETORNOS

Y si nadie se percata de mis cantos
ni se alumbra con mi esencia
será porque los fangos en sus lodos
no les deja contemplar el alba...
o acaso porque el hueco que los hunde
no percibe sinfonías...
ni salvas.

Si nadie vislumbra mi astronave
—cosmonauta solitario—
primavera sin flor,
cultivo sin fruto,
playa sin mar...
galaxia sin soles,
seguiré sin fallecer por la aventura
—mutismo abierto—
cual fronda que se deshoja
sin esperas de retornos...
pero que en cada sueño
se reverdece
para vivir sin fin.
 
SEMBRADO

Mi corazón...
—tierra labrantía—
triunfó sobre del salitre
y aunque las fatuas cavernas
se oponían a su proeza
va germinando vehemencias
y renaciendo a la vida
—espiga—

Surcado de arantes fuegos
se va impregnando de auroras
para extender su simiente
sobre las tierras infectas
que pisan las negrecinas
cumbres de huecos hechas.
Mi corazón...
sembrado de sueños,
trasmontando cordilleras,
—solar ascenso—
consciente de su ufanía
y de su grandeza...
se suministra esperanzas
y se envuelve en la verdad...
aunque los fetiches acres
lo quieran erosionar
con danzas.

Mi corazón...
—más que jamás campesino—
se labra de buen amor...
 
LOCURA

Un
día
de
tantos
días
la
oscuridad
florecerá
y allí
donde
haya
espinas
fragancias
nacerán...
Una
noche
de
las
noches
el
dolor
sonreirá
y allí
donde
haya
lágrimas
sonrisas
brotarán...
Una
hora
de
las
horas
allí
donde
no
hay
luz
en
cantos
de
trigales
verán
surgir
el
sol...
Y
un
segundo
del
segundo
donde
reina
la opresión
la
injusticia
y
la
soberbia
la
altivez
y
la
agresión
surcará
por
los
cojines
de
la
desolación
esta
alocada
locura
nacida
en
mi
corazón
Esta
locura
de ave
demencia
del
buen
A
M
O
R...
 
NOSOTROS

En el cauce violento de la marcha
una nueva visión tiene la ausencia
y una nueva emoción hay en la audacia...

Inmerso entre los coros justicieros
soy voz que refuerza el vocerío
y ardiente de pancartas solidarias
lucha por su grito proletario
y mis puños misa en alto.

Hundido en el espanto de temblores
encuentro la respuesta alada...
a tanto deslavarme en liviandades.

Más no soy el yo,
sino el nosotros...
Aquél que nacerá con todos
cuando el odio se disperse a nuestros pasos
y escape entre manadas granaderas
la fuerza que enaltece el lodo roto:
Aquél que matará venganzas
y hará que circulen comunales
esperanzas...
 
ADYACENTE

Loco amor que me naciste
de tanto morir la muerte
en intervalos de cuerpos
que cavaron cementerios
en mi sierpe...

Loco amor que erupcionaste
de tanto sostener volcanes
en lavas que me igualaron
la superficie del llanto
al profundo oleaje...

Loco amor que me converge
cada aislada idolatría
en un todo luminario
salvador de los naufragios
que devastan a la vida...

Loco amor que me naciste
de tanto morir la muerte...
amando lo adyacente.
 
VOCES

Si no me muero de ausencias...
...voy a morirme de sueños...
...porque en una época andante
los valles se harán montañas...
las nieblas crearán estrellas...
...y los asteroides, soles...
...porque en un tiempo que viene
—indominable a las compras—
se extenderá por la tierra
en tránsito de clamores...
la invulnerable grandeza
de los verdaderos hombres...
...porque en una edad creciente
—inmarcesible a los látigos—
se transformarán las voces...
y brazos igualitarios
florificarán albores...
...porque en una era en proceso
—pavor de los usureros
y de la camas galantes—
desprovista de cadenas
y basada en el esfuerzo...
pregonará el buen amor
la inmensidad de sus ecos...

Por el anhelo florido
propulsante de mis vuelos...
si no me muero de ausencias,


voy a morirme de sueños...