Algunas obras del Doctor Francisco López de Villalobos
ALGUNAS OBRAS
DEL DOCTOR
FRANCISCO LÓPEZ DE VILLALOBOS.
PUBLÍCALAS
LA SOCIEDAD DE BIBLIOFILOS ESPAÑOLES.
MADRID
MDCCCLXXXVI
PRÓLOGO.
editarI.
NACIMIENTO, PATRIA, ORÍGEN Y FAMILIA DE VILLALOBOS.
El cuidado de esta edicion de las obras inéditas y raras de Villalobos no debió correr á cargo de quien esto escribe, sino del Sr. D. Bonifacio Montejo y Robledo, de buena memoria, que habia consagrado al estudio de Villalobos largos y sin duda fructíferos trabajos; pero despues de aceptar el encargo de nuestra sociedad, sintió escrúpulos de incompetencia, porque el Sr. Montejo habia estudiado á Villalobos como médico, y más especialmente como sifilógrafo, y para la obra que iba á publicarse era lo principal estudiarlo como literato y áun como poeta; no sé por qué creyeron mis compañeros que yo sería á propósito para desempeñar este encargo, pues no paso de ser un mero aficionado, así á las ciencias de la vida, como á la amena literatura: no pude, á pesar de mis reparos, lograr que me excusaran de este trabajo, y otros muchos que sobre mí han cargado en los últimos años, han sido parte para que se retrase más de lo justo la publicacion de este volúmen de nuestra coleccion, del cual vá á poderse decir con mucha razon, por las que ya dejo apuntadas, que ha salido á luz "tarde y con daño."
Ni siquiera he podido, para compensar en algo tales inconvenientes, consagrar al desempeño de mi tarea el tiempo y la paciencia que hubieran sido menester, porque el asunto, si no se reduce á la mera impresion del manuscrito copiado del que existe en el Museo Británico, se presta, ó, por mejor decir, convida á largas investigaciones y á comentarios muy extensos; pues Villalobos ocupó lugar muy á propósito en la Córte para conocerla y dárnosla á conocer en época tan interesante y gloriosa para España como fueron los reinados de los señores Reyes Católicos D. Fernando y D.ª Isabel, y de su insigne nieto el Emperador Cárlos V. Ademá, la vida del famoso médico despierta grandísima curiosidad que no satisfacen las breves noticias de Morejon y de Chinchilla, las que dan en su traduccion de Ticknor los Sres. Vedia y Gayangos, ni las más extensas que se contienen en la obra que consagró á Villalobos el Dr. Jorge Gaskoin(1), gracias á los datos que generosamente le proporcionó el Dr. Montejo.
Felizmente las cartas halladas en el Museo Británico y las latinas que están al fin de las Congresiones, hasta ahora no estudiadas, dan gran luz sobre Villalobos; y si á tales elementos, y á otros que he logrado allegar, se uniera la habilidad de que carezco, se podria dar á conocer á nuestro célebre físico con tanta exactitud como á un personaje contemporáneo.
Es ya sabido que Villalobos no nació en Toledo, como dijo Nicolás Antonio; y aunque no de una manera directa, muchos indicios demuestran que vió la primera luz en la provincia de Zamora, en tierra de Benavente, y casi con seguridad en el pueblo de Villalobos, de que tomó el apellido, que unió al de Lopez, patronímico de su familia. En efecto, en una de las primeras coplas del Sumario de Medicina, hecho por mandado del segundo Marqués de Astorga, dice Villalobos dirigiéndose á este magnate:
- "Aun hasta en los físicos ay tal concierto,
- que son de su casa por línea y suceso.
- Mi agüelo del suyo fué físico experto.
- Mi padre del suyo, y áun suyo es por cierto;
- Yo estoy reservado á seguir tal proceso."
El segundo Marqués de Astorga, D. Pedro Alvarez Ossorio, era además tercer Conde de Trastamara y señor y Conde de Villalobos, el señorío de este último pueblo era muy antiguo en su casa, y por tanto es versímil que tuvieran la suya en él los antecesores de Villalobos, físicos de aquellos señores, y que, segun costumbre de Castilla, para distinguirse de los muchos que en ella tenian y usaban el patronímico de Lopez, añadirian que eran del lugar de Villalobos."
Confirma estos indicios, hasta el punto de producir el más completo y racional convencimiento, lo que dice Villalobos en la carta2 de 15 de Octubre de 1510, dirigida á D. Cosme (ó D. Gomez) de Toledo, Obispo de Plasencia; lamentándose de haber dado oidos á la ambicion, exclama: "¡Desdichado de mí, que si todas estas cosas hubiera reflexionado atentamente, ni traspasara soberbio el umbral paterno, ni hubiera rechazado desdeñoso la honra alcanzada por mi padre. Era éste médico en su tiempo no poco reputado, habitaba constantemente en reducida aldea, no pasando nunca de segura y feliz medianía. Hizo vida frugalísima, conservando hasta su término el ánimo sereno, el espíritu tranquilo, y encerrado entre las paredes de su pequeña morada, ni temia los tiros de la suerte, ni le espantaban las maquinaciones de los hombre. Constantemente siguió tan cuerda conducta, que si hubiera presenciado en imágen el fin de mundo, hubiera permanecido tranquilo con su acostumbrada sonrisa en los labios. Pasó al cabo de esta vida sin darnos muestra alguna de pesar, y fué á poseer el Reino que por la infinita misericordia de nuestro Redentor le estaba reservado. Su muerte me arrancará lágrimas miéntras viviere."
De este bello retrato que hace de su padre Villalobos se deduce la condicion modesta y feliz de su familia, y si vivió siempre en pequeña aldea, como lo era y todavía lo es el lugar que dió su nombre á nuestro físico y á sus predecesores y sucesores, es claro que no pudo ménos de ver en él la luz primera. Todavía se infiere con más claridad que no era del Reino De Toledo, sino de Castilla la Vieja, de la siguiente digresion que se lee al principio del diálogo de las fiebres interpoladas que mandó añadir á los Problemas D. Estéban de Almeida, Obispo de Astorga: he aquí las palabras de Villalobos, que no necesitan comentario:
"Yo trabajaré aquí en declarar y allanar esta materia por el más claro lenguaje castellano que yo pueda, y no será el de Toledo, aunque allí presumen que su habla es el dechado de Castilla, y tienen mucha ocasion de pensarlo así por la gran nobleza de caualleros y damas que allí viuen. Mas deuen considerar que en todas las nasciones del mundo la habla del arte es la mejor de todas. Y en Castilla los curiales no dicen "hacien" por "hacian", ni "comien" por "comian", y assí en todos los otros verbos que son de esta conjugacion; ni dicen "albaceha", ni "almutacen", ni "atayforico",(3) ni otras palabras moriscas con que los toledanos ensucian y ofuscan la polideza y claridad de la lengua castellana. Esta digression he hecho aquí, aunque es fuera de propósito, porque las damas de Toledo no nos tengan de aquí adelante por çafios."
El año del nacimiento de nuestro médico lo determinó con exactitud el Dr. Montejo, deduciéndolo de la carta latina(4) dirigida al Dr. Gonzalo de Moros el 22 de Abril de 1507, en la que dice, vertidas las palabras al castellano: "Perdone quienquiera que él sea las injurias, y en cuanto á mí, si Dios me tiene de su mano y la suerte no se ensaña conmigo, el que de mí nació jamás será médico, á no emanciparse de mi potestad ó miéntras la Parca no corte el hilo de mi vida, que hasta ahora sólo deja á las espaldas treinta y tres años." Si el de 1507 tenía treinta y tres años Villalobos, es claro que nació de 1473 á 1474. Esta fecha se confirma con otras indicaciones del mismo Villalobos, así, por ejemplo, en las coplas dirigidas desde Zafra al Almirante en 10 de Mayo de 1525, dice:
- "Cincuenta años he remado
- con vientos y vanidades."
No se necesita ser muy aritmético para deducir que si habia vivido ya cincuenta años el de 1525, debió nacer Villalobos, lo más tarde, en 1473, como ántes se dice.
Aunque hasta ahora nadie lo habia indicado, resulta evidente del más somero estudio de las obras de Villalobos, que éste era de familia de judíos, y es de presumir que lo fué él mismo, pues le llaman, y él se reconoce, confeso; es decir, que habia profesado la religion mosaica. Nadie ignora que en España, durante la Edad Media especialmente, era la Medicina una de las profesiones que con mayor predileccion ejercian los judíos; y tambien es cosa sabida que en muchos casos, los que pertenecian á esta raza, si bien cristianos en la apariencia, continuaban en secreto fieles á su antigua religion; y esto fué mucho más general que ántes, despues de decretada la expulsion de los judíos por los Reyes Católicos, siendo posible que la familia de Villalobos, y áun él mismo, no se convirtieran hasta despues de aquel suceso. Las pruebas de que Villalobos era judío son tantas, que sería muy prolijo aducirlas todas: en la carta dirigida á Jufre desde Madrid el 18 de Marzo de 1518, dice: "Muchos golpes crueles me diste y con ninguno me sacaste sangre sino cuando me la descubriste." En otra carta dirigida al Condestable de Castilla el 25 de Noviembre del mismo año, dice: ".....que yo no puedo negar á V. S. esta maldita naturaleza que saqué de su tierra, y tan sucia, que no la he podido lavar con todo el Jordan y el Spíritu Santo encima dél, porque no me vino á mí en figura de paloma como al Conde de Haro y á los otros samaritanos de su linaje." Pero todavía resulta esta circunstancia más clara en las coplas que dirigió el Almirante á Villalobos cuando éste se retiró de la Córte en 1525, en las cuales, por hallarse cerca de Córdoba, le dice:
- "He mucho temor que os toque
- la influencia del Lucero."
A lo que contestó Villalobos desde Zafra el 10 de Mayo del mismo año de 1525:
- "Y si Lucero en Judea
- las doce tribus juzgare,
- Lusitania nos ampare,
- provincia de Galilea."
La persecucion del inquisidor Lucero en Córdoba contra los judaizantes es famosa, y de ella trata con extension don Juan Antonio Llorente en su Historia de la Inquisicion, y es, además, sabido que con motivo de aquellos sucesos se refugiaron en Portugal muchos judíos de Castilla. Como Villalobos al salir de la Córte se fué á las tierras del Marqués de Priego, cerca de Córdoba, el Almirante amenaza entre veras y burlas á Villalobos con la persecucion del cruel inquisidor, á quien por sus hechos pusieron el apodo de Tenebrero. El mismo Almirante, en otra poesía dirigida á Villalobos, y aludiendo á que su linaje habia sido causa de que sufriera el desaire que le determinó á abandonar la Córte, dice:
- "Y pues de vuestro linaje
- os ha nacido el ultraje
- sabiendo más que Avicena,
- miéntras la casa se ordena
- le deueis servir de paje."
A lo cual contestó con harta razon Villalobos:
- "Si el físico se tomase
- para hacer generacion,
- era muy justa razon
- que el linaje se mirase."
Se ha dicho ántes que Villalobos consistió el calificativo de confeso, y en prueba de ello véase lo que en los versos del Almirante, citados ántes, dice este magnate:
- "Que si temió que un gran precio,
- segun escribe Voecio,
- hará al confeso errar."
A esto sólo contesta Villalobos lo siguiente:
- "Nunca hizo en sus ovejas
- apartamiento el Señor;
- esto digo al confesor
- si cupo en estas consejas,
- y si hubo allá memoria
- de traiciones perentorias,
- jamás en nuestro servicio,
- fué hallado aquesto vicio;
- busquen todas sus historias."
La calidad y orígen judío de Villalobos, aunque le produjera algunos inconvenientes, no dejó de tener para él grandes ventajas, porque los de esta raza emparentaron, especialmente por las mujeres, con los magnates más esclarecidos de Castilla, y quizá esto explique el favor que desde muy jóven alcanzó en la Córte el famoso médico, que presumia ser pariente de ellos: en una carta dirigida al Duque de Nájera, que aunque no tiene fecha, por su contexto parece ser de fines de 1532 ó principios del año siguiente; hablando de la hija de este personaje, dice: "La Sra. D.ª Guiomar (Dios me la guarde, porque es honra de todo nuestro linaje, está muy buena, etc.;" y en otra carta al mismo Duque, y hablándole tambien de su hija, se expresa en estos términos: "Y volviendo al tema de vuestra muy cuerda y muy devota epístola, digo que yo estaba con gran recelo que la señora D.ª Guiomar habia de venir tan boçal dessas montañas, que en todo lo que hiçiese y dixese nos habia de poner en vergüenza, y es cierto que el dia primero que entró en Palacio fué luz y espejo de todo vuestro linaje, porque allende de ser tan gentil dama como la que más lo es, se supo tambien tratar con las otras damas y con la Emperatriz, y tan medida en el callar y en el hablar, y todo ello con tan buena autoridad y gracia, que todos echamos mil bendiciones al vientre en que anduvo, que á éste sólo se deben dar las gracias mucho más que al padre que la engendró, porque si algun bien saliese de vuestra casa, á nosotros se debe, que somos genus electum regale sacerdotium, y no á vosotros los Manriques, quia pars diaboli estis. Perdóneme mi se ñor el Inquisidor mayor si le hago polvo, que otro dia me hará él á mí humo. En lo que toca á la salud de esta señora mi sobrina, etc."
En una de las cartas latinas puestas al fin de las Congresiones dá noticia Villalobos de haber sido acusado y preso porque sus émulos atribuian á hechicerías y á sortilegios su favor en la Córte, y no es muy aventurado suponer, en vista de lo que en la carta de que se han copiado algunos conceptos dice del Inquisidor, que fué su orígen judío la causa de la persecucion que sufrió. De todos modos es curioso é interesante el contenido de esta carta latina, porque dá noticia de un grave incidente de su vida, de que hasta ahora no habia hablado ninguno de sus biógrafos; hé aquí sus palabras:
"De ninguno de estos avisos me curé, yo el más insensato de los hombres; ántes, enredado en los lazos del engañoso mundo, no me aparté de la vía de perdicion en que los malos reciben castigo y por donde caminan á los infiernos. Así que, hinchado de vanidad por mi calidad de cortesano y médico del Rey, ofrecíme al ludibrio de la plebe, que me señalaba con el dedo. Todavía esta mísera condicion despertó la envidia en el pecho de hombres por demás miserables y necios que me llamaron mago conocedor de filtros y maleficios, cual si de otro modo me hubiera sido imposible alcanzar tan alto grado de fortuna. De aquí surgió la sospecha, y llegando la voz á los sagrados oidos de los inquisidores, fuí preso y tenido en estrechísima cárcel con gran dolor de mi amada mujer y lástima de mis amigos, por donde toda mi gloria quedó reducida á polvo y se convirtió en afrenta tan de repente que apénas se pudiera creer. Entre el vulgo corrian sobre mí muchos y variados juicios.—"Tiene el diablo en el cuerpo y lleva un familiar en el anillo," decian unos.—"No, replicaban otros, sino que es charlatan y hechicero, que por medio de ciertos pactos y contratos con los demonios, engaña á los demás y gana sus voluntades."—Estos afirmaban que era adivino y presagiaba lo futuro é interpretaba los oráculos milagrosamente escritos, y no eran pocos los que aseguraban que era dueño de ligar y desligar y de hacer que las mujeres acudiesen de noche contra su voluntad á mi llamamiento. Estas y otras muchas cosas de este jaez se propalaban entre las gentes miéntras yo seguia encarcelado. Sería largo y enojoso referir el laberinto de cuidados, las tristezas y tenebrosos espantos de aquella horrible soledad, sólo conocida de los que la han sufrido. Mas dejando atrás esto, pues la mente se me resiste á examinar tales sinsabores, digo que al cabo de ochenta dias, por misericordia de Dios y patrocinio de la verdad, salí de la cárcel libre y con honra."
Estas pruebas y otras muchas que fácilmente se encontrarán examinando las obras de Villalobos y entre todas sus cartas castellanas y latinas, demuestran el orígen judío del insigne doctor, circunstancia que, si le produjo contratiedades y grandes amarguras, fué orígen de sus relaciones con los magnates de Castilla, lo cual, juntamente con sus extraordinario mérito, le elevó, jóven todavía, al codiciado puesto de médico del Rey Católico D. Fernando, á quien asistió, como se verá luégo, hasta su último suspiro.
(1) The medical works of Francisco Lopez de Villalobos. The celebrated court physician of Spain, etc.—London, MDCCCLXX.
(2) Esta carta es la X de las que están al fin de las Congresiones.
(3) Diminutivo de ataifor, escudilla de cobre. Véase Dozy, Glosaaire des mots espagnols et portugais derivé de l'arabe, pág. 209
(4) Es la III de las que van al fin de las Congresiones.
II.