Algunas máximas para la instrucción de los súper-educadosAlgunas máximas para la instrucción de los súper-educadosOscar Wilde
- La educación es algo admirable. Pero es bueno recordar de vez en cuando que nada que valga la pena ser aprendido puede ser enseñado.
- La opinión pública existe sólo donde no hay ideas.
- Los ingleses siempre están degradando las verdades en hechos. Cuando una verdad se transforma en un hecho pierde todo su valor intelectual.
- Es muy triste que hoy en día exista tan poca información totalmente inútil.
- El único vínculo entre literatura y drama que nos queda en Inglaterra es la factura del teatro.
- En la antigüedad los libros eran escritos por hombres de letras y leídos por el público. Hoy en día los libros son escritos por el público y leídos por nadie.
- La mayoría de las mujeres son tan artificiales que no tienen sentido del Arte. La mayoría de los hombres son tan naturales que no tienen sentido de la Belleza.
- La amistad es mucho más trágica que el amor. Dura más.
- Lo que parece anormal en la vida es completamente normal en el Arte. Es de hecho la única cosa de la vida completamente normal en el Arte.
- Un objeto hermoso en sí mismo no sugestiona al artista, pues carece de imperfecciones.
- Lo único que el artista no puede ver es lo obvio. Lo único que el público puede ver es lo obvio. El resultado es la crítica de los periodistas.
- El Arte es la única cosa seria en este mundo. Y el artista es la única persona que jamás está seria.
- Para ser realmente medieval no se debería tener cuerpo. Para ser realmente moderno no se debería tener alma. Para ser realmente griego no se debería tener ropa.
- El dandismo es la declaración de la absoluta modernidad en la Belleza.
- Lo único que puede consolar a un pobre es la extravagancia. Lo único puede consolar a un rico es el ahorro.
- Uno jamás debería escuchar. Escuchar es un signo de indiferencia hacia los que nos escuchan.
- Incluso el discípulo sirve para algo. Él está de pie tras nuestro trono, y en el momento de nuestra victoria susurra a nuestros oídos que, a fin de cuentas, somos inmortales.
- Las clases criminales están tan cerca de nosotros que incluso la policía puede verlas. Pero están al mismo tiempo tan lejos que sólo el poeta puede comprenderlas.
- Los que son amados por los dioses crecen jóvenes.