Al sol
de Rafael María Baralt


 Mares de luz por la sonante esfera,
 triunfador de la noche, el carro de oro
 lanza del sol, y su perenne lloro
 suspende el mundo y su aflicción severa.
 

 Dichosa al firmamento va ligera,
 cual despedida flecha audaz condoro,
 y esparce al viento su cantar sonoro
 del umbroso pensil ave parlera.
 

 Y la tierra y el mar y el claro cielo
 en alegre bullir hierven de amores,
 cuando fecundo el luminar su vuelo.
 

 ¿Quién la lumbre te da? ¿Quién los ardores?
 El ser a quien tu luz, que nos asombra,
 es fuego sin calor, es mancha, es sombra.