Al señor don Mariano Luis de Urquijo

Al señor don Mariano Luis de Urquijo
de Juan Meléndez Valdés


 La lira de marfil que tierno un día   
 pulsar, Musas, osé con diestra mano   
 cuando de Otea en el florido llano   
 joven Lusindo suspirar me oía,   
 

 atempladme, volved; la amistad mía  
 hoy el timbre celebra soberano   
 con que su cuello resplandece ufano,   
 merced a un rey de buenos alegría.   
 

 Rayos de luz el vellocino de oro   
 despide, ornando el generoso pecho  
 de alta prudencia y pundonor morada.   
 

 Veló la envidia con amargo lloro,   
 pero el nombre feliz a su despecho   
 crece y sube a la bóveda estrellada.