Al oído del lector
de José Asunción Silva


No fue pasión aquello,
fue una ternura vaga...
la que inspiran los niños enfermizos,
los tiempos idos y las noches pálidas.
El espíritu solo
al conmoverse canta:
cuando el amor lo agita poderoso
tiembla, medita, se recoge y calla.
Pasión hubiera sido
en verdad; estas páginas
en otro tiempo más feliz escritas,
no tuvieran estrofas sino lágrimas.