Al general don Manuel Belgrano
I
editar¡Desventurada patria! son llegados los momentos de luto. Fallecido ha el héroe militar, en que han podido descansar sin azares tus cuidados. El ínclito Belgrano...(¡desgraciados acentos de mi voz!) víctima ha sido del patrio amor, deidad, a que ha tenido sus valientes esfuerzos consagrados. Viste pues luto patria malhadada; tu robusta columna ya no existe. Va a la tumba tu honor. Es acabada la esperanza de gloria en que viviste. Y mi alma en las ruinas sepultada fija el lema a tu suerte: PERECISTE.
II
editar¡Feliz plantel del suelo americano, gran Buenos Aires, patria afortunada del campeón más ilustre, cuya espada nunca en conflicto se desnudó en vano! De los laureles que plantó tu mano en tus marciales glorias empeñada haz diadema de honor en que grabada se vea la imagen del mejor Belgrano. De ella sola la expresión valiente el aire noble su mirar activo, su denuedo gentil, grato, imponente, su tono militar ejecutivo actitudes serán, que mudamente a una voz griten: ¡Compatriotas! vivo.
III
editarFalleció el ínclito Belgrano de militares el cabal dechado, intrépido, valiente, denodado, atinado en su obrar, jamás insano. Patriota sin revés, leal ciudadano, en sus prometimientos fiel y honrado, nunca del oro vil tiranizado, carácter franco, corazón humano. ¡Oh jefe digo de inmortal memoria! A virtudes tan raras en el suelo eternos premios con laurel de gloria. Que ellas unidas a su ardiente celo folios añadirán a nuestra historia, para regla, ejemplar, norte y modelo.
IV
editar¿Oh, dónde habitas, militar guerrero? ¿Cómo te fuiste, y huérfana dejaste tu amada patria, que a la vez libraste con los cortantes filos de tu acero? Cómo le has dado el golpe postrimero, e insensible a su llanto te ausentaste, abandonando al último contraste su libertad, su honor, su bien entero. Que se encienda de nuevo, que se encienda la antorcha de tu vida. Y si es en vano nuestro justo clamor en la contienda de tu afligida patria, pon la mano sobre quien te suceda, y la defienda. ¡Pero quien te sucede, gran Belgrano!
V
editar¡Provincias de la Unión! no el torpe olvido, nota de ingratitud, vil, degradante, sea el laurel destinado al más constante patriota militar, que habéis tenido. Cuando el mundo político ha sabido su mérito graduar de relevante, haced que su gran nombre sea en diamante con indelebles cifras esculpido. O dando el lleno a empeño tan laudable, haced que el pecho fiel del ciudadano sea la lámina viva y perdurable en que de amor la agradecida mano grave en gloria de este héroe inimitable: aquí vivirá eterno el gran Belgrano.