Al entreabrirse la Flor del Coyol
Siento una vaga ternura infantil
cuando al frescor de las húmedas huertas
sus indecibles plegarias inciertas
lloran las dulces cigarras de abril.
Trémulos llantos que el aura sutil
lleva en sus alas, igual que a hojas muertas
hacia las blandas llanuras, abiertas
bajo los cielos de rosa y de añil...
¡Oh!, las cantoras del riente bohío,
que con sus ternezas aduermen al río
al entreabrirse la flor del coyol...
Y en sus cantares suspiran y lloran
entre los claros boscajes que doran
las melancólicas puestas de sol...