Al dolor (Aguirre)
I
No aceches cauteloso y traicionero:
ya sentí tu pisar en pos del mío,
ya tu aliento aspiré morboso y frío,
no te escondas dolor que ya te espero.
Me he parado a esperarte en el sendero;
yo te conozco ya y en ti confío,
cuando no vienes tú viene el hastío,
y entre el hastío y tú, yo te prefiero.
¡Cuántas veces el alma desolada
presintió tu venida y cuántas veces
sintió después tu sorda dentellada!
Al sabor de la copa que me ofreces
hace tiempo que el alma está avezada:
tráela, pues, que la apure hasta las heces.
II
¡Ay dolor, ya me oprimes demasiado!
¡ay dolor, ya no puedo soportarte!
las fuerzas sin medir salí a esperarte
y mis fuerzas las tuyas han gastado.
Pensé luchar con ánimo menguado
frente a frente contigo y humillarte
¡temeraria ilusión! de parte a parte
tu garra el corazón me ha traspasado.
Va desolada el alma, de vencida
huyendo temeraria el escarmiento
que victorioso tú con ella hicieras...
Huye dolor o arráncame la vida;
mas en vano suplico y me lamento,
que si mataras tú dolor no fueras.