Al cumpleaños de Para
¡Pradina hermosa! cuando Dios quería, y yo feliz tus ojos celebraba, de tu presencia angelical gozaba y en tu blando mirar me embebecía. De tu boca dulcísima la mía en tiernos besos el maná gustaba, a tu bella garganta me abrazaba, y de amor y placer desfallecía. Mas hora ¡triste! de tu lado ausente, de la esperanza el mentiroso halago es cuanto gozo en mi dolor vehemente. Beso un papel; abrazo el aire vago; la hiel del tedio gusto solamente, y en amargura y llanto me deshago.