Al corazón
¡Oh triste corazón! ¿Por qué te quejas?
¿Por qué vives inquieto y agitado?
¿Por qué suspiras y en tus crueles ayes
Llamas la muerte con ahínco tanto?
¿Por qué no eres feliz corazón mío?
Dime, ¿no cabes en mi estrecho seno?
¿Te sofocan en fin tan crueles males,
Puedo yo arrancarte de mi pecho?
¡Oh, memoria cruel, bárbara suerte,
Memoria aciaga de pesares tantos!
¿Y puedo yo vivir y el alma mía
soportará una vida de quebrantos?
¿No es mejor morir, y en la fosa
Cubierto en polvo el miserable resto
De un ser tan infeliz, dormir tranquila,
En el seno apacible de los muertos?