Al concierto dado por las bellas de Mantua

Al concierto dado por las bellas de Mantua en la platería de Martínez para socorro de los desgraciados del terremoto
de Mariano José de Larra


Llegó en sordo lamento al Manzanares   
El grito de los pueblos que cayeron,   
Y piadosas sus bellas le ofrecieron   
El fruto de sus célicos cantares.   

Llevolo el eco hasta los hondos mares   
Y su llanto los tristes suspendieron,   
Y a sus acentos asombrados vieron   
De nuevo alzarse sus antiguos lares.   

Como en Grecia dulcísimo y sonoro   
Hiriendo el aire el poderoso canto     
Blando pulsaba Anfión la lira de oro;   

Y en techos y columnas se ordenaban   
Las piedras, atraídas del encanto,   
Y la discorde Tebas levantaban.