Al Sr. Obispo de Zamora en sus días
Hoy que sus rayos el mayor planeta mustios y oblicuos a la tierra envía y envuelto en tinieblas y en escarcha fría del trópico tocó la helada meta; para dar vado a la emoción secreta que el alma siente en vuestro fausto día, sin invocar a Euterpe ni a Talía, sola mi gratitud me hará poeta. Gozadle un siglo, y por el santo celo de tal pastor, que honrara el Vaticano, de las sagradas ínfulas modelo, hoy para bien del pueblo zamorano más bendiciones os conceda el cielo que tiene repartidas vuestra mano.