Adormeciendo a David
Sueña con sus juguetes y sus flores:
Nada teme en mis brazos; y dormido,
Halla en ellos amor y dulce nido,
Venturoso y extraño a mis dolores:
Sueña del valle umbroso en los alcores,
Con su novia infantil mal escondido,
Los pasos... y las risas y el ruido
Oír de los chicuelos buscadores:
Sueña que ya los labios maternales
Balbuceándole están tiernos enojos,
Y que besados los insomnes ojos,
Ve sonreírle niños celestiales...
¡Infancia!... ¡Verdes bosques!... ¡Mis raudales!
¡Vergel de amor que cubren los abrojos!...
¡Pide a la muerte al menos mis despojos,
Patria cruel para tus hijos leales!
Acaso de mi faz, sobre su frente,
Ha rodado una lágrima... ¡bien mío!
Sueña, sueña en mis brazos inocente:
Yo no lloro... ¿No ves, no ves que río?
Alivia para ti mi alma doliente;
¡Calienta tú mi corazón ya frío!
¡Amar!... ¡Al borde de la tumba, gloria!
Crespón y lauros... ¡Infinito anhelo!
El presente, dolor; ¡el bien, memoria!
¡Eso es vivir y tu existencia velo!...
¡Vence! Mas sin Calvario no hay victoria:
¡Cúmplase en ti la voluntad del Cielo!
1880