Acta del Cabildo de Santiago (3 de abril de 1814)


Sesión de 3 de abril de 1814

Nuevas medidas a consecuencia de la derrota de la tercera división en Talca, y formación de causa al Jefe y oficiales.

En la ciudad de Santiago de Chile, a tres de abril de mil ochocientos catorce, reunido el Ayuntamiento en su sala de acuerdos con el objeto de arbitrar nuevos medios de seguridad y defensa, a vista de la inesperada pérdida y total derrota que ha experimentado la tercera división que salió al mando del Comandante de Artillería don Manuel Blanco para reconquistar la ciudad de Talca, posesionada por los piratas enemigos, y tomar disposiciones de tranquilizar el desasosiego del pueblo, que se observaba en la mayor consternación, hasta el extremo de salirse las gentes a las campañas, todas llenas de temor, abandonando sus casas, creyendo que ya no habrían arbitrios para contener al enemigo, acordó el Ayuntamiento ser urgentísimo y conveniente que para que el pueblo no cayese de su entusiasmo y se contuviese la aflicción de los habitantes, que podría acarrear fatales acontecimientos, sin pérdida de tiempo se representase y pidiese al Supremo Directorio se diese un manifiesto enérgico que manifestase el brillante estado de nuestro ejército del sur, las rápidas y eficaces providencias que tomaba el Gobierno para restablecer la derrotada división, que prontamente debería salir a resistir a los enemigos, siendo nombrado por su General don Santiago Carrera, a quien el pueblo y el Ayuntamiento habían pedido por jefe de la división desgraciada, haciéndose, asimismo, ver que ya se restablecería el orden y disciplina en el ejército y se tratarían de evitar las frecuentes deserciones que se han observado en las tropas; y que hallándose últimamente persuadido el pueblo de que la impericia o poco valor del General Blanco había causado la derrota de su división, según las noticias esparcidas por el público, se le formase, para satisfacción de todo el reino, un Consejo de Guerra, conforme a ordenanza, con todos aquellos oficiales que vergonzosamente hubiesen desamparado las armas, para que irremisiblemente sufran las penas que se hallan establecidas para semejantes delitos; y que al mismo tiempo se prive la liberalidad tan perjudicial que se ha observado en dar gracias distinciones a los oficiales antes de haberlas granjeado por su personal mérito, para que así sea mayor su entusiasmo, sus esfuerzos, su subordinación y dedicación al servicio, y, finalmente para que no se confundan los beneméritos con aquellos que sólo las adquieren por el patrocinio y favor. Cuyo oficio inmediatamente se dirigió al Supremo Directorio, como consta del que a su tenor se halla anotado en el libro de esta materia. Con lo cual concluyeron este acuerdo y lo firmaron los señores que lo subscriben. Francisco Fontecilla.- José Antonio Valdés.- Doctor Francisco Regis Castillo.- José María de Rozas.- Ignacio Valdés.- Doctor Timoteo de Bustamante, Regidor secretario.